Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


domingo, 31 de octubre de 2010

De nuevo llueve. Aquí fuera hace frío. Pero allá dentro me asfixio. Quizá solo necesite un poco de aire, y en realidad no se está tan mal. Aunque mis manos tiemblen esta sensación y ese olor a humedad me calma. Y a mi lado puedo percibir el humo de la chimenea de mis vecinos, que hace brotar en mí algún recuerdo de un tiempo lejano. Las gotas caen. Una sobre otra. Estampándose frente a mi, con más intensidad a cada segundo y componiendo una melodía que acompaña estas letras.
Por otro lado, una gran nube gris se está moviendo sobre la ciudad. Lo hace decididamente rápido y me gustaría que miraras el cielo en este instante, porque es algo peculiar. El viento también quiere jugar hoy, mece los arboles y congela los temores.
Este lugar aprisiona mis miedos. Aunque sea pequeño siempre lo ha hecho, ya que es de estos lugares que te transmiten paz.
Desde aquí puedo contemplar las casas con detenimiento, y me quedo presa del aroma de la ciudad, cubierta de una basta capa de niebla.
El universo se ve gris. Y aunque me guste el color... hoy a invadido también mi cabeza y mis ganas de continuar.
Francamente, querría parar el tiempo y quedarme aquí.

viernes, 29 de octubre de 2010

Buenas letras

Quién sabe si las estrellas tienen ojos, me preguntaba, si nos ven así como como nosotros las miramos a ellas, quien sabe si tienen un corazón misterioso, si-como desde siempre piensa el hombre-tienen la capacidad de influir en nuestras acciones. Quién sabe si es verdad que entre sus limbos incandescentes viven los muertos, los que ya no están vivos aquí abajo, los que han abandonado una de las formas del cuerpo.

Cuando era muy pequeña, antes de ir a acostarme, insistía en asomarme a la ventana para saludar a mi madre que, según me había dicho, se había ido a vivir allí arriba; cuando las nubes ciertas noches, cubrían el cielo rompía a llorar. Me la imaginaba como un hada con un largo y ligero vestido vaporoso de colores un cono luminoso cubierto de estrellitas en la cabeza, el rostro sereno, ligeramente sonriente y, en lugar de las piernas, una estela luminosa: solo así podía seguirme volando de estrella en estrella.

Susana Tamaro;

Escucha mi voz

miércoles, 27 de octubre de 2010

Que vienen y van, como las agujas del reloj

Destellos. Que se apoderan de nuestra alma. De nuestra mente. De nuestra vida y de sus respectivos minutos. Y de los sueños, y los colores, y aprisionan las ideas que vagan por aquí y allá en el límite de este mundo.
Destellos. Que surcan los mares, y los ríos, la tierra, el aire y el agua. Y finalmente el suelo y las paredes que nos protegen o los campos de amapolas eternos, puros y hermosos.
Destellos. Que vienen de ti, y de un momento, y de otro, y de una mirada, y del calor del hogar, y del aroma de un lugar, de una entrada, de una fragancia, de un sonido, de una estrella, del azul oscuro del universo, que se apoderan de nuestra conciencia y de la poca lógica que queda en mis venas.
Destellos.
Destellos de vida.
Destellos de ti.

Que lea quien entienda

No. No estoy de acuerdo. Te lo prometo. No es por llevar la contra.
Estar por siempre no siempre significa estar bien.
Quizá sea de estas personas que no tienen la concepción del cuento de hadas por la eternidad. El amor confluente está evocado al desastre, me dijiste. Pues yo respeto la idea del mundo pero defiendo la mía. Para mí, mejor o peor, el amor es finito. Sin robarle la sutileza de presentarse en nuestras vidas y ser único, y maravilloso y mágico donde quepa y vaya y venga. Y es de estas cosas que cuando se acaban, te dejan preso de lamentos, dolorido y roto por dentro. Pero es normal. Entendible. Perfectamente superable.
Así pues, yo creo que el amor confluente no está evocado al desastre.
Mis cuentos de hadas tienen final. Pero no es el final que se predice desde el comienzo. Es un final mutuo, o incluso decisión de una sola persona que decide cargarse lo vivido. Yo seguiré aquí. Hasta que él decida irse. No somos presos del destino. Podemos escapar de él como y cuando queramos. Con un gesto, una lagrima o un porqué. Vale. De acuerdo. Aún así también lo comprendo. A veces tenemos conceptos erróneos. Mi idea de este sentimiento es contructivista. Sí. Ese término que nos inventamos y que quizá algún día exista de verdad en el ámbito del que hablamos. Todo pasa por algo. Y cuando viene de fuera, y se escapa a nuestras manos, únicamente debemos aceptarlo y vivir con ese algo que nos asfixia.
El final no es un criterio en la relación. Cuando dos personas se aman, el final no se contempla como una posibilidad futura o cercana. Porque cuando dos personas se aman, el mundo pierde el sentido y apenas se vislumbra la realidad.

El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan...
demasiado rápido para aquellos que temen....
demasiado largo para aquellos que sufren....
demasiado corto para aquellos que celebran...
pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno.
Mirar al infinito únicamente con un proposito. Disfrutar de las nubes y del inmenso cielo que destella esa luz creada por la imaginación y simplemente saltar. Saltar inmersa en risas. En sabor a libertar. En dulzura. En una ingenua tendencia a nadar en pensamientos ajenos. En sentir el fuego ardiente y continuo fluyendo dentro de nosotros.
Mirar al infinito con un solo propósito.

Vivir.

martes, 26 de octubre de 2010

Palabras inexistentes

Me gustaría retroceder y volver a vivir esos momentos. Y la magia que los inundaba.
Me encantaría poder llevarte allí. Es muy bonito. Un tanto deslumbrante. Vistas y paisajes que te dejan marcada e inmersa en recuerdos que vendrán despues.
No puedo describirlo. Hay cosas en la vida que son indescriptibles, fácilmente traducidas a un vocabulario poco expresivo pero aún así, inmumerables. Y me gustaría levantarme por las mañanas y verme rodeada de todos vosotros todos los días de mi vida. O no dormir. Tampoco estaría mal por algún tiempo. Pasar horas y horas conversando, riendo, inventando tonterías y palabras que se graban al instante, pasando frío, y calor, y llamaros constantemente porque sin vosotros me siento sola. Y que permanezcáis aquí me hace percibir una calidez muy agradable cuando charlamos y bromeamos tranquilamente sin otra preocupación.
Me gustaría dejar escrito todo lo que ha significado para mí este gran viaje. Con tantas emociones llenas de agobio, prisas, algo de ignorancia, sonrisas y un sabor tan dulce como picante de libertad.
Pero no. Definitivamente no puedo. Es imposible.
No se recuerdan los días, se recuerdan los momentos.

Oír tu voz

~Fragancia pura, mágica, efímera, suave y dulce de tu esencia
Recorre mi cuerpo cada vez que lo veo. Es magia, picardía, ganas de gastarlo, ganas de callarlo con un beso, de hacerle sufrir y amarlo al mismo tiempo. Es pureza, alegría, momentos recientes y otros más antiguos. Y cosquillas. Cosquillas cuando siento su piel. O sus labios. Es algo extraño que quisiera que entendieras.
Es despertarme al amanecer y buscarlo. Y poder mirarlo durante horas sin cansarme ni un segundo. Y contemplar sus ojos y suspirar. Es quedarme atrapada en sus palabras, no poder salir, presa de su aroma y de ese método tan suyo de hipnotizarme con sus historias. No es ninguna tontería. Estoy colada por él hasta los huesos. Porque resulta que, sin proponermelo, se coló dentro de mí. Así como los duendes silenciosamente. Así como el amor, y la ilusión que me transmite cuando lo miro.
Cuando amamos no tenemos ninguna necesidad de comprender lo que sucede, porque todo pasa a suceder dentro de nosotros

Rememorar :)

Y únicamente cuando ves de nuevo a esa persona te das cuenta de lo mucho que la echabas de menos y la falta que te hacía, tanto en las mañanas como por las noches. Ver sus ojos es algo mágico que te inunda otra vez. Que te apresa. Que te devuelve un poco más a unos años que ya pasaron. Añoranza. Recuerdos. Ganas de abrazarla. Ganas de sentir su abrazo. Y de echar a volar un rato para charlar durante la eternidad todo lo rayado en ambas vidas cuando la distancia las separó. Verte guapa. Y decidida. Y sobretodo feliz. Justo en este instante puedo sentir esa emoción que me embriaga cuando tengo la seguridad de que alguien está bien. Bienestar y que se calle el mundo. Tú estás bien. Y yo. Y de nuevo te ví. E imprimimos en el futuro una sonrisa más. Una llena de vitalidad como la que más.
Tenía ganas de volver a verte, y ahora que ya lo he hecho, sólo quiero que estés radiante el resto de tu existencia, y que te apoderes con humildad de las personas que te rodean, tanto o más como lo hiciste conmigo.
El que está acostumbrado a viajar,
sabe que siempre es necesario partir algún día

lunes, 18 de octubre de 2010

Que tonta que soy

Aunque me encanta negar lo evidente, hoy haré una excepción y diré la verdad. Porque siempre me lo han dicho; ''Que tonta que eres'' Y sí. Mundo. Tienen razón.
Cada color del arco iris quiero sellarlo en un sobre y mandarlo a siete lugares distintos. Siete son las notas musicales y los días de la semana. Siete son los sueños del mañana y las esperanzas del ayer. Voy a comprar cartas negras que oculten y aprisionen los colores para que destellen su esplendor cuando lleguen a su meta. Enviaré el color amarillo a tu tristeza, para que adquiera algo de luz y te alumbre a cada momento. Mandaré el color naranja a las puestas de sol moradas que son captadas en fotografías a las ocho de la tarde para que esa tonalidad se entremezcle y origine una perfecta armonía. Llevaré el color verde a los desiertos, para poder contemplar su textura y sentir su humedad. Transportaré el color rojo a la sangre de los enfermos, al corazón de los heridos, al carmín de los labios y dibujaré en el cielo un 'Te amo' bien grande para escuchar tus latidos lentamente apoyada tu pecho. Llevaré el violeta hasta las flores de los campos y las sonrisas de carnaval, para poder contemplar como el mundo adquiere un color más lindo y puro envuelto en sinceridad. Enviaré el azul por el infinito para que se expanda por el cielo y lo cubra todo de ese color tan intensamente hermoso que me hipnotiza por las mañanas y embriaga las noches, con una tonalidad más oscura; el añil. Lo haré para que todo el mundo pueda sentir la calidez del cielo abrigando su cuerpo.
Y bueno, finalmente, dormiré, acurrucada en mi cama mientras se van cumpliendo mis ilusiones.
¿Ves mundo?
Tienen razón


Qué decir que no esté dicho

Me asomé por aquella ventana y sentí la suave brisa acariciando mi cara. En aquella torre. Alta y robusta como el castillo que nubla el horizonte y después las nubes. Así me sentía hoy. Arriba. Fuera del mundo. Sola. No triste pero extrañamente alejada de la realidad. Hasta que llegaste tú. No puedo entender como consigues hacerlo. Siempre. Venir aquí y llevarte mis problemas. O hacerme ver que los tengo. Siempre. Ayudarme, preguntar, indagar, darme explicaciones sobre mi misma que luego termino aceptando ya que son verdad. Quizá seas una de las pocas personas que de verdad me conocen. Lo sabes todo. Incluso lo que no escapa a mis labios. Eres como ese pilar indestructible que siempre esta ahí. Pase lo que pase. Han pasado cientos de cosas, y de problemas. Y siempre así. La una y la otra y nuestras largas charlas llenas de risas, de paranoias y del tiempo que nos devora mientras corremos escapando de él. Y justo en ese instante vienes tú aquí y lo cambias todo. Y me preguntas, y me haces ver que nunca lograré agradecerte todo lo que haces por mí día tras día. De hecho, ni siquiera soy capaz de dilucidar cuan grandes son todos los momentos que hemos vivido. Venir y llevarte mis penas es algo que nunca podría hacer nadie que no fueras tú. Porque solamente tú eres capaz de ver tras el cristal y desempañar lo poco a poco. Con una suavidad exclusivamente única y tuya que logra calmarme una vez y otra. Y darme energía cuando estoy en esa torre. Tan pesada, cansada y lejos del mundo y de mi misma. Tú. Mágica hada que guardas mis temores y mis huidas; nunca podré decirte suficientes veces gracias.
Si subes yo voy contigo

Without conditions

Vienen contigo

Out

Sin previo aviso.
Sin un permiso.
Ahora soy yo la que no quiere hablar contigo.
Fuera.
Quiero estar sola.
Necesito algo de soledad.

sábado, 16 de octubre de 2010

Irrevocablemente cierto

-¿Y como sabemos que no has sido tú?
-Porque yo soy yo, y como yo soy yo, yo sé que no he sido
-Yo también soy yo y por eso sé que no he sido yo
-Yo también soy yo, así que yo no he podido ser
-¡TODOS SOMOS TODOS!

martes, 12 de octubre de 2010

Tener piano no te convierte en pianista

Tener casa no implica que seas su dueño.
Ni tener hijos te convierte en padre. O en madre.
Tener conocidos no implica ser conocido.
Ni tener libros implica ser estudiante.
Tener motivos no justifica el acto.
Ni tener ojos implica ver la realidad.
Tener voluntad no materializa el hecho.
Ni querer vivir significa regresar a las seis de la mañana.
Hazlo o no lo hagas. No existe el probar.

Si si, TÚ

Las personas como tú siempre han sido especiales. Desde que nacieron. Y ese punto solo es el comienzo de la inmensa historia que pueden narrar si se lo proponen. La gente como tú debe tener algo. No logro entenderlo. ¿Como lo consigues?
¿Nunca te he dicho que siempre supe que tú eras especial?
Si. Desde que naciste. Siempre he pensado que tenías algo en la mirada. Extraño. Algo de magia. Esos ojos tan magos. No sé. Podría jurar que siempre estuviste aquí conmigo. Tu esencia me ronda por las noches como un fantasma que tranquiliza mi ser.
Y siempre lo supe. Podría incluso prometer que seguirás siendo así. Así de pura, así de mágica, así de libre y llenando cada uno de los días de ese color. Ese tan tuyo y de nadie más.

Capacidades raras que tengo

Yo te veo. Siempre lo hago aunque no esté ahí. Incluso puedo saber como estás y ayudarte si lo necesitas. Y si me dejas. Yo te veo. Porque conozco tu mirada. Y tu forma de hablar, de escribir, de colocar muñecos en todos lados y trabar letras y duplicar otras. Y por eso lo sé. Porque puedo notar tu presencia y tu ánimo a distancia. Es de estas cosas que simplemente son así. Y no sólo soy capaz de hacerlo contigo. Ya comprobé que tambien puedo adivinarlo con otros. No es magia. Aunque te empeñes en decir que yo lo soy. Ni siquiera deducción. Únicamente descifro bien, y aunque tú no lo sepas, puedo susurrarle al viento que te lleve mis palabras.
Porque no. Pequeñaja, a estas alturas, créeme que puedo verte aunque no esté cerca.

sábado, 9 de octubre de 2010

Tras el espejo

Tengo muchas cosas en la cabeza. Pero no. Hoy no pretendo sorprenderte, ni hacer de este escrito algo mágico y que llene la inmensidad de color. Hoy quiero relatarte lo que vi el otro día cuando me miré al espejo. Supe que era yo ya que esos ojos verdes destacaban en mi cara. Como siempre y siendo el único punto de atención destacaban y mucho. Pero vi algo que no distinguí en otras ocasiones. No era vitalidad ni energía. Ni siquiera eran ganas de correr, de volar, de saltar en la lluvia o de vivir. Era algo distinto. Era una esencia invisible con mucha luz. Algo que se escondía detrás de mi cara. Me quedé estática frente al espejo durante unos segundos. Sí. Allí estaba. Cada una de tus sonrisas y cada una de tus palabras. Cada una de tus melodías, cada uno de tus abrazos, de tus chistes, de tus miradas, de tus escondites y de tus susurros en la oscuridad. Y me asusté. Era algo demasiado bonito. Como un cristal. Dentro de mí. Estaba repleto. Inmensamente lleno. Tendré que tener cuidado a partir de ahora. Mis ojos brillan más desde hace tiempo.
Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor.
Después, todo el amor pertenece a los pensamientos.

Sentir

Inténtalo.
Me dieron varios opciones y no supe cual elegir. Y creo que lo hice mal. Aunque, después de un rato pensando, me di cuenta de que realmente hubiera escogido cualquiera de las otras, tambien tendría esa sensación de haberlo hecho mal. Pero ahora las cosas son diferentes. No me siento mal. Es más, como si un trocito de luz hubiera aparecido delante de mí. Sí. Eso es. Una nueva forma de ver las cosas. A veces me ocurre. Como destellos de lucidez en esta mente tan ingenua y llena de muebles inmersos en polvo. En ciertos momentos te das cuenta de lo que tienes y de repente te miras en un reflejo. ¿Ves? Eres tú. Siempre serás tú. Esa persona tan llena de vida, tan llena de color, de luz, de energía, de entusiasmo, esa persona que alegra mis días y calma mis noches. No es malo equivocarse. Pero no. Ahora tengo la sensación de haberlo hecho bien. Quizá no escogí bien, o quizá sí. Ya me contará la vida próximamente. En este instante solo me inunda este suave clamor susurrando lo que queda. Y queda mucho. En realidad, queda muchísimo. Tanto que podré escribir mil relatos más y publicar miles de cartas hablando conmigo misma. Y eso está bien. Me gusta como estoy.
Ya lo intenté.
Y acerté.

Adiós

Y he aquí, yo. 16 años. Un uno. Un seis. Este año he aprendido muchas cosas. Cosas buenas, y cosas menos buenas. Pero cientos de momentos y recuerdos que se quedarán grabados en mi mente durante el resto de mi vida. 16 años. Esa edad que aseguran de locura y desenfreno. De no saber si estar o ir, de venir o intentar. Eso que dicen de la juventud, de salir hasta las tantas, de emborracharse, de olvidar a las personas y de pasar del mundo, eso que hablan de lo mal que nos tratan las hormonas y de los minutos de vida que perdemos cada vez que bebemos, eso que comentan de lo limpios y a la vez impuros que somos, de lo inocentes y a la vez demasiado curiosos... Bueno... he aquí, yo. Quizá no sea ni un extremo ni otro. Ni blanco ni negro, pero tampoco gris. Quiero dejar escrito lo mucho que haré a partir de ahora. Gracias vida. Gracias a vosotros. Gracias a ti. Este fue un año largo pero ínfimo a la vez. Ahora, un poco antes de crecer algo más, puedo mirar fotos de antes y reírme, o mirarlas con cara de ingenua pensando y recordando como era y como soy. Y en realidad no he cambiado tanto. Pero creo haber madurado un poquito más. Solo lo necesario para vivir otro año con la misma energía y con algo de esfuerzo para conseguir algo más de luz en los días y un poco más de cordura y lógica en los problemas de matemáticas. Cuidaré todo lo que me regalas. Cuidaré de ti. Y haré lo mismo conmigo. Sé lo que quiero. Pero no lo que me depara el mañana. Así que quizá sea mejor vivir el presente y aparcar un rato el futuro. Sin olvidarse de él, ya que es el lugar donde vas a pasar el resto de tu existencia. Dejaré que me sorprendas para ver esa sonrisa en tu cara que tanto me encanta. Y de nuevo. 16 años. Adiós. Hasta siempre. Tranquilo. No te olvidaré. Hemos vivido tantas cosas juntos que no te irás tan fácilmente. 16 años. Saluda a tu sucesor.
Gracias vida. Por tus armas. Voy a aprender a usarlas bien

viernes, 8 de octubre de 2010

A tí

¿Como demonios has aparecido tú aquí? ¿Cuando llegaste? ¿Cómo lo conseguiste? ¿De donde diablos has caído? ¿Del cielo? ¿De un mundo que yo no conozco? ¿O de un mundo que conozco pero nunca he visto? Contéstame. Quiero saberlo. ¿Quien te mando? ¿Como lo hizo? Querría saber si podría hacerlo yo. Si si. Traer aquí a alguien como tú. No es para mí. Pero el mundo estaría algo más lleno de luz y color y las personas serían más buenas unas con las otras, ya que únicamente tú tienes ese poder para hacerme sentir bien. Venga confiesa. ¿Como lo has conseguido? ¿Quien te lo ordenó? ¿Como me encontraste en este mundo tan enorme? ¿Porque llegaste y lo cambiaste todo? ¿Quien te a dado ese poder?
Vamos. Estrella hermosa. Dime quien te ha hecho tan maravillosa.
Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros,
la otra es creer que todo es un milagro

Come on!

Asomé la cabeza por encima de las sabanas notando un aire frío que congeló mi nariz a los pocos minutos. Hora de levantarse. Nuevo día. Nuevos retos. Nuevas horas que llenar con energía y entusiasmo. Sin embargo, algo de pereza. En la cama se está muy calentito. Además, el mundo de los sueños ciertas veces es mejor que el real. Suena el despertador. Alzas la mano y lo apagas. Sonará de nuevo y lo sabes, pero aún así quieres que esos instantes se estiren como un chicle y poder disfrutar de esa calidez debajo de las mantas. Y suspirar. De nuevo ese pitido agudo que te alerta del tiempo. Es tarde. Un poco más. Unos segundos más.
Se abre la puerta y alguien te susurra que vas a llegar tarde. Lo sabes, solo unos poquitos minutos más... y de repente... te levantas... y sentado en la cama observas el dormitorio y la dichosa hora que sin saber porqué demonios corre tanto por las mañanas. Bostezas. Vamos. Es hora de enfrentarse al mundo. Hoy será un buen día. Lo presiento. De no ser así, la cama me abría dejado ir más fácilmente.

martes, 5 de octubre de 2010

Dar sentido a la realidad


Creo que ha hecho usted una excelente labor. No ha encontrado la
proverbial aguja en el pajar, pero ha comprendido que lo único que de
verdad interesa en toda la montaña de paja es un condenado alfiler.

Ven a investigar

Hay que ser valiente y atrevido, porque cuando volvamos la cabeza en el futuro, nos arrepentiremos más de lo que no hicimos que de lo que hicimos mal

Hagamos un cambio

“Si tienes una manzana y yo tengo una manzana y la intercambiamos entonces tu y yo seguimos teniendo una manzana cada uno. Pero si tu tienes una idea y yo tengo una idea y la intercambiamos, entonces cada uno de nosotros tendremos dos ideas”

Llegó la hora

Toca cambiar un poco los conceptos.
Toca renovarse y tener ganas para afrontar los minutos y las horas sucesivas.
Toca ir, y venir, y concentrarse, y disfrutar de instantes hermosos y mágicos que parecen ínfimos si lo pensamos. Quizá sea algo absurdo. De hecho, todos sabemos que no será drástico. Es posible que enmendemos algo los hábitos y los segundos muertos. Pero nada más. Solo tendremos la necesidad de dar lo mejor de nosotros mismos cuando se nos presente delante de nuestras narices. Y así es. Porque así somos. Pero no importa. Yo lo sé. Y tú. Y podemos preguntárselo a quien quieras, estoy segura de que contestará lo mismo.
Sin embargo, y pese a eso, llegó la hora. Llegó la hora de dominar el estrés y evitar el agobio. Llegó la hora de mirarse al espejo y sonreír. Y de pensar en el futuro ¿Difícil? Bah, estoy convencida de que no lo será. Únicamente porque si estoy escribiendo esto, es porque ya soy consciente de lo que llegará, y de lo mucho que disfrutaremos este año, porque, al fin y al cabo, simplemente luchamos por lo que queremos.

domingo, 3 de octubre de 2010

Por vivir

Definir la esencia de mi ser es algo complicado, pero siempre suelo intentarlo antes de rendirme

Ella vino y me abrazó. Justo en ese momento de ansiedad. En aquel rincón, aislada, sola, sentía frío, mis brazos arropaban mi cuerpo y la oscuridad cegaba mi ser. Y en ese segundo ella vino y me abrazó. Ya la conocía, solíamos vernos a menudo, pero en ese instante sentí la calidez de su cuerpo y solo pude llorar de felicidad.
Esto será largo. No soy capaz de transmitir tantas emociones en unas pocas líneas, así que quizá no pueda conseguirlo.
Para narrar un cuento se necesita una historia, para narrar mi vida solo os necesito a vosotros.
Una mirada antes de un abrazo, un gracias, un te quiero, charlas eternas en las que se escapa el tiempo, pero no la vida. Y aprender. Aprender de cada una de vuestras sonrisas. Aprender a crecer, a llorar, a sentir y a imaginar el mundo de un color distinto. Desde otra perspectiva algo más optimista. Las tertulias a las seis de la mañana y las confesiones y llamadas a las tres.
''Si le dices que te he dicho algo, te mato''
''Tranquila, no lo haré. Pero ahora no podré pegar ojo en toda la noche''
Cumpleaños en mitad de la lluvia y latas de coca cola manipuladas para explotar. Fotos, consejos, debates sobre la religión y sobre lo idiota que puede llegar a ser alguien o no. Y miles de abrazos y de emociones juntos. Lagrimas y amor, y ese suave bienestar a romper con el pasado. Y cortes que nos hieren de la vida. Y tiritas de los amigos. Y sentimientos que crecen en mí cuando os veo. Lo merecéis todo. Porque me lo habéis dado todo. Fantasía, ilusión, ganas de comenzar, de jugar con el agua, con el aire, con tu pelo, ganas de comerme el mundo y de servir en bandeja los restos a los tiburones. Y dormir tres en un colchón o simplemente no dormir. Y bailar enganchados bajo la lluvia, y anotar pensamientos en diarios de dos y de cuatro. Y ser una marca de almohada y no querer avanzar y a la vez desearlo con muchísima fuerza. Canciones que definen momentos y recuerdos que llenan el alma. Repleta de pequeños detalles tontos y más lógicos que escriben con tinta lo que llegáis a conseguir día a día. Vivir en un mundo de mentira, con una gnoma, una esposa y un camión de sorpresas y adoración. Porque os adoro. Y no son solamente dos palabras. Es un todo. Mi todo. Mi esencia. Tú. Vosotras. Él. Mi vida. Mi sueño. Mi canción.
A vosotros.
Por iluminar mi mundo y enseñarme a ver algunas cosas con lupa y otras con algo más de sensatez. Por disfrazarme de bruja con tridente, y de caracol. Y alegar que tengo cabeza cuando solo soy una cría con apenas lógica en nada.
Por cada tortazo que me hace reflexionar.
Gracias.
Y no entendía la expresión
''El mundo es mágico''

... hasta que os conocí

sábado, 2 de octubre de 2010

Me di cuenta

... en este momento, no hay nada que me haga más feliz que tú
Mi foto
My madness keeps me sane.