Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


domingo, 28 de diciembre de 2014

sábado, 20 de diciembre de 2014

La vida no concede tantos tratos.

Me callo.

Me callo porque la palabra 'egoísta' resuena en mi cabeza y empieza a quebrarme las ideas (todas, una detrás de otra). Y sé que soy inaguantable, pero algo de humildad siempre he tenido.

Me jode.

Me jode porque me haces reír de mala manera, porque siento rabia. Porque se me encharca un poco más el corazón.
Me callo porque ahora mismo estoy llorando. Y no queda más que callarme, por respeto propio.

Porque no quiero herirte. Y fíjate que para mentiras siempre estoy yo delante. No me quema. Me quemo yo, poco a poco. No eres tú, soy yo, que estoy harta de aguantar tu comprensión con doble filo.

Me gustaría no tener que callarme. Al final va a ser cierto eso de que tienes que protegerte de todo el mundo, construir muros, liarte con tres y olvidar a cuatro, dejarte de lazos que opriman y salir con alguien que de verdad sepa bailar.

No sé, me callo.

Me jode porque pensé que tardaría en volver a escribir en esta puta mierda de rincón y aquí estoy, con mis músicas y mi soledad.

Y no vengas, que quiero estar sola. No vengas que parece que el amor no siempre calma.
Suena terriblemente triste. Y qué mal que es verdad.
Me callo porque no entiendes lo que hablas. Porque no vale sólo con el querer.

La vida se me ha ido de las manos.

Y no sé, yo mejor me callo. Mejor el silencio.






sábado, 13 de diciembre de 2014

domingo, 7 de diciembre de 2014

Crónica de un baile sin ti .

Qué ciegos estamos.

Ni la brisa que amanece ni mi saliva que se queda en tus labios. No lo entiendes. Qué ciega he estado.
Entonces el sol se abre paso en mi y me sonríe. Y dime, ¿donde estás tú?

Caminando el otro día me di cuenta de que el planeta gira. Tan inocuo como eso. De que por muy inexorable que parezca todo, los caminos cambian. Los cambio yo. Como eso de que puedes elegir la vida que tú quieras y tal. No ésta, la que tú quieras. Qué habrá de cierto en todo ello.

No me he dado cuenta de lo que tengo entre las manos hasta que casi me ahogo. Con ese último aliento de esperanza que no calma nada pero asusta a cualquiera. Casi me ahogo entre la mierda. Casi me deshago, me destrozo, me despedazo.

No sé, digamos que tengo ganas de cruzarme contigo.

Para no saludarte.

Me gustaría acorralarte en un rincón de la pared y mirarte a los ojos. Con esa suficiencia que tengo yo de 'sé que te pongo, cariño',
y esa delicada pero amenazante sonrisa en los labios que quiere decirte

'créeme, si no fueses quien eres...  me dejaría besar'.

Qué ciega he estado.

Ay, dios, que se me empapa el alma.




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My madness keeps me sane.