Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


sábado, 30 de enero de 2016



Tengo ordenados alfabéticamente todos mis fracasos.






La lección es que cosechas tormentas aunque repartas sonrisas.

Así que sembremos el caos.







jueves, 28 de enero de 2016

Yo no buscaba nada y de repente te vi.


Disculpa, todo ese orgullo que llevas encima, ¿no te da calor?







miércoles, 27 de enero de 2016

Nostalgia; muérete.













Perdonad las ñoñerías a éstas horas de la madrugada pero

Lo que nos une no entiende de distancias.







martes, 26 de enero de 2016

dicen por aquí que te echo de menos, ¿tú qué opinas?


Yo era así; incontrolable, obsesiva, inconformista, exigente, impulsiva.
En resumidas cuentas: estaba como una puta cabra.
Y en cierta medida aún queda mucho de todo aquello. Lo único distinto -y podríamos decir no muy positivo- son el millón de cicatrices que perecen bajo mi piel.

Crecer. Madurar. Cumplir años. Quemar tiempo. Dejarse dañar. Todos vamos adquiriendo cicatrices que se van quedando bajo la piel. Hay gente que lo toma como una lección de vida, otra que prefiere enterrarlo en el destierro y otros, como yo, que no son capaces de avanzar hacía delante sin echar la vista atrás.

Dicen los sabios que si la historia ya tiene escrito el final, no te lleva a ninguna parte. -¿tendrán razón?- Pero yo y mi manía incomprensible de sacarle brillo a todos los errores. ¿Y si pasa qué?
Entonces se me pasa por la cabeza todo el daño que me han echo alguna vez. Todas las veces que me han dejado tirada en cualquier momento de la vida. Cada vez que he gritado, llorado, pataleado de rabia, asco o desesperación.
Y -sin más- pensaba que recordar no dolía tanto.
Y entonces algo en las entrañas me dice: para, no sigas, relaja, no sigas.
Pero nunca me suelo hacer ni puto caso así que siempre acabo igual. Porque así soy yo.
Incontrolable, obsesiva, inconformista, exigente, impulsiva.
Y llenísima de errores. De caídas. De dolor.
Ya lo sabes
Estoy rodeada de tristeza,
y aún así
prometo que a la próxima, -y a la siguiente-
me verás con otra sonrisa más-







Los corazones que se rascan acaban en incendio.




joder, qué frío hace fuera de las noches contigo.







Siendo franca, me merezco brillar por todos los que han querido apagarme.



Sí que es cierto que conforme van pasando los años las emociones se van transformando en algo más táctil e insípido. De aquel fuego que te ardía en el pecho sólo quedan las cenizas. Todo decae, se vuelve sólido, deja de volar.

Prácticamente todas las historias que he tenido han acabado haciéndome trizas. Solía irme sola, andando y desolada por las calles para que algo en el aire tratara de calmarme. Y no. Al final nada te calma. No hay nada más triste. 
Porque hasta nunca es hasta nunca pero adiós es.... ¿hasta qué?

También he aprendido mucho de todo ello, claro está. Y pienso que sino ardes por alguien, si nada te sacude el alma o si apenas te toca el corazón una caricia vas mal, algo te detiene, vives a medias.

Se han ido personas de mi vida por la misma razón por la que tú te estás quedando. 
Y lo sé. Sé que no está todo perdido si al besarte aún se me eriza la piel. Qué pasada. Parece bonito y hasta diplomático afirmar que en ésta vida -en algún recóndito, oscuro y tenebroso recoveco- aún existe algo de esperanza. no sé, llamadme loca.

¿Os imagináis que en una de éstas me da por dejarme llevar y ser feliz?
Qué loco todo.







sábado, 23 de enero de 2016

Disculpa, ¿sabes si después de este invierno habrá primavera?

Siempre me imagino al borde del desfallecimiento porque, en mayor o menor medida, siempre ando cansada. Cansada de ésta lamentable ciudad, cansada del mundo y de la estupidez humana, cansada de tanta injusticia.
Y dolor. Te despiertas a las seis de la tarde y no sabes muy bien qué hacer.
Dos turnos de noche y cuarenta y ocho horas sin dormir. El mareo de las cinco de la mañana que te obliga a sentarte y tomar aire. ¿Qué pasa que el mundo ha dejado de serme real?

Entonces te das cuenta de todo. Mi vida se basa en sentarme a esperar trenes donde ni siquiera hay vías. Así que imaginad.
Ésta tarde hace más frío que nunca; y no tengo ganas de vivir.
De esto que
no tienes ganas de nada pero quieres forzarte y resulta que lo único que te apetece es que te estallen los oídos de la música en piano que te pones a todas horas.
Pero lento. Con armonía.
Yo quisiera, por eso
tu calor,
tu frío, tu manera de mirarnos. Aquellos pasos tuyos que siempre me han alegrado la vida.
Pero no están.
Y resulta que, simplemente;
parece tentador descubrir qué cantidad de elementos falsos hay en tu vida.
No quiero dramatizar, ya sabéis, supongo que mi fe en la humanidad no me permite entregarme total y enteramente a la inherente y veraz creencia de que nadie ha sabido quererme de verdad.

Ya sabéis, mi mayor conflicto siempre he sido yo.
Y no sé, lo doloroso de la gente que se va es que se lleva un pedacito de tu vida que nunca volverá.
Luego te das cuenta de que todo aquel que te ha querido alguna vez ya no está. 
Y entonces mal.
No sé si me explico;
la sutil diferencia entre ser feliz y estarlo.



Las canciones de mi vida son éstas.
Antes de morir tengo que aprenderlas a tocar.









miércoles, 13 de enero de 2016

Soy autodestructiva ó no sé qué coño me pasa.

Fuimos más que dos amantes, 
fuimos aguardiente,
fuimos delirantes.

Notar la falta de alguien o algo. ó .Tener sentimiento y pena por la falta de alguien o algo.

Delirios.

Echar de menos.
¿Habéis echado de menos alguna vez en la vida a alguien? 
ó mejor
¿Os habéis sentido afligidos por ese sentimiento?
No sé,
es casi inabarcable. 
Echar de menos tanto que duele.
¿Tanto que duele? Tanto que no sé donde coño meter esa sensación.
Este sentimiento inadaptado, ¿dónde meterlo? ¿dónde colocarlo? ¿dónde dejarlo?
O peor; Echar de menos a fantasmas del pasado.
más bien;
Desvaríos. Despropósitos. Falta de razón.

Enajenación mental.










martes, 12 de enero de 2016

Para mí tú eres la lluvia.

Recuerdo ese día en el que me besaste por primera vez y se me congeló el mundo de golpe. Tus manos tan cerca y aquel silencio. 
Creo -sinceramente- que hay silencios que deberían ser (d)escritos. 
Como aquel.
Me miré en el espejo y ahí estaba. Gélida, helada, tiritando de miedo. Joder, qué miedo daba quererte con tanta intensidad. Algo que me inundaba desde adentro y golpeaba toda mi -inexistente- tranquilidad.
Vino así, sigiloso, como viniste tú.
Y ya lo sabes. 
Adoro
me gusta 
hacer malabares en tu espalda, 
escribir(te) frases delante de un espejo, 
hacerte reír.
Es simple
quiero ser la solución a tus dudas. A tus miedos. A tus fríos.
Todo empezó así. Un día me viste temblar, y en lugar de taparme, te desnudaste para compartir frío. Y fíjate, al final sol. 
No sé si me explico, el amor debe ser algo parecido a ti.
Que el mundo es una mierda, y sin embargo tú. 
Que sí. Que frío, madrugar, estudios, hambre en el mundo, soledad... pero tú. Y entonces buenos días. Y entonces luz. y TÚ.
Y entonces te veo y el corazón parece que me explota bajo el pecho. y se me acelera el pulso, se me dilatan las pupilas, dejo de pensar.
No sé
Si eres tú el que busca, prometo ponerme más visible para que nos podamos ver. A lo lejos. A cientos de kilómetros. Para que puedas sentir mi presencia encima de tu colchón al dormir y notes mis manos entrelazadas con las tuyas cuando tienes fiebre. Y siempre es igual. Cada vez que las fuerzas se me pierden las encuentro entre tus palabras. Y algo tendrás, que me dejas a mí sin ellas.
Y lo sé. Soy una apuesta segura, el estrés está garantizado. Pero tengo manías muy bonitas. 
Sólo déjame quererte un poquito como siempre lo he hecho. 
Prefiero drogarme de ti o contigo, antes que desintoxicarme de este lío. 
Y nos quiero ávidos, románticos, sonriendo al verte sonreír, sin final, felices.


Te voy a proponer una tregua. 
Tú me dejas ser aliada en tu guerra interior 
y yo te pongo ojitos de trinchera.




Tu cuello marcado con te quieros.



Querer ponerle siempre un nombre a todo me parece un error.



Abraza mejor que las noches. Y ya es decir.

''Hazme polvo.
En la cama. En el suelo. De espaldas.
Agachada. Sobre la mesa. Contra la pared.
Aquí. Allí.
Así.
Hazme polvo
y luego,

sopla.''

Lo que quiero decir es que viajaría a cualquier sitio de la Tierra para encontrarte. Quiero decir que te buscaría día y noche sin descanso y podría no cansarme jamás.
Quiero decir que el amor siempre es bien. Que hay emociones que resurgen en mí como un volcán y no soy capaz de silenciarlo. Me cuesta calmarlo, apagarlo, deshacerlo. 
Me pregunto quién va a sacarme sonrisas cuando no te tenga cerca para abrazarte. 
Y quiero decir que eres bien. Que me haces bien. Y me haces mejor.
Lo digo a solas, en silencio, con voz tímida; 
llegaste y me hiciste mejor.
Y contigo soy mejor.
Me quiero más.
Te quiero más.
Y eso sí que es puta magia.

Mírame,
aquí,
con las manos tan llenas de ganas de dártelo todo sin que me lo pidas.


jueves, 7 de enero de 2016

lunes, 4 de enero de 2016

Bad girls get presents too.


La mirada siempre en el cielo.

Día número 3.


''Eres muy educada para lo mala que eres.''






domingo, 3 de enero de 2016

Ponte guapo, todos mis deseos llevan tu nombre.

Tal vez no lo sabes, pero lo mejor que he podido escuchar en la vida han sido tus latidos.
Entre tanta sonrisa y tanta pasión lo mejor siempre eran tus latidos.
Incluso en este instante, una tarde de domingo en la que añoro tus manos bajo mi falda, imagino tus latidos y la piel se me estremece. Tu corazón bombeando sangre a cada poro de tu piel mientras me sonríes. Un corazón que ríe, ferviente, enorme, hermoso. 
¿Sabes? Indefenso estás más guapo.
Y quizá suene un tanto dramático, pero perdería todos los trenes del mundo por un minuto entre tus brazos. 
Así que imagina.

Sin duda alguna, lo más bonito que he leído nunca ha sido tu voz.
Y te podría susurrar un montón de tonterías al oído sólo para escuchar cómo te ríes.
Ay dios, tu risa.

No sé, no conozco mejor forma de sanar que amando. Siempre arriesgando todo, en cada parte de ésta vida.
Ya sabéis, ante todo, no seáis de esas personas que ni siquiera lo intentan.
Mi truco es quererte con toda el alma y cruzar los dedos para que no falle.

Ya lo sabes, vivo enamorada de tus palabras porque creo en ellas como nunca he creído en mi misma.
Lo sé. Sé que eres tú porque haces de mí algo mejor.
Y eso ni yo misma lo había conseguido nunca.
Quizá no lo sabes, pero tienes un corazón tan grande que no te cabe en mis letras.

En resumidas cuentas;
Ya te he hecho espacio en mi vida. 
Ven.








sábado, 2 de enero de 2016

Y entonces, 2016.


A diferencia de otros años, ésta nueva entrada de año ha sido tan fascinante que no podría describirla con palabras. Alegría, desenfreno, tristeza, ira, amor, calidez de las personas, pasión.
Nunca había experimentado algo tan distinto y a la vez tan real.
De esos sueños que tienes que nunca se han cumplido y no abarcas siquiera a imaginarlos.
Tan exacto como eso.

Dicen que eres cada una de las personas que has sido y también las que has imaginado que ibas a ser. Cada una de las que nunca fuiste y cada una de esas que deseabas fervorosamente ser y ahora agradeces no haber sido.

Eso has sacado tú de mi. La inquebrantable necesidad de buscarme e investigarme hasta acabar exhausta. Cada mañana despiertas creyendo que eres la misma persona pero es totalmente irreal. ¿Cuántas historias le caben a alguien en el corazón?

De verdad, escribo tan mal porque no podría explicar todo lo que me ha inundado el corazón estos días. Porque no me salen las letras, porque las frases no tienen ningún sentido. Porque hay sensaciones inexplicables e inherentes a la racionalidad humana. Porque la paz que llevo dentro en este instante no la puedo describir. Una paz tremenda y absoluta que se me agarra al pecho y no me deja más que sonreír. Un corazón puro e inocente que busca a las personas y se deja querer y es capaz de ofrecer más de lo que tiene.

Eso has sacado tú de mi. Y no sé, creo que nunca va a existir nada mejor que abrazar a una persona después de haberla extrañado tanto.
Qué mágico todo y qué mal se me da escribir hoy.

Feliz 2016, mundo.

Feliz año nuevo, corazón.








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My madness keeps me sane.