Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


domingo, 29 de enero de 2017

Algo que merezca la pena quemar.





He rescatado unas letras de hace unos cuántos meses y creo fervientemente que hay sentimientos capaces de preceder tiempo y distancia;

(...) 
Cuando era más joven, me enamoraba absolutamente de todo. Cualquier recuerdo, cualquier mínimo detalle, cualquier evocación del mundo que se prestara a hacerme sonreír. Pero es ahora cuando empiezo a querer de verdad. Querer a otro, en cierto modo, siempre debería ser un acto de rebelión.

Y, digamos, todos pasamos la época de revelarnos contra el mundo.

Supongo que no podemos estar siempre a merced de esa brisa de hedonismo; esa ardiente necesidad de todo. 
O bueno, quizá sí. De verdad, haced lo que os de la gana.

Yo sólo creo que nos pasamos media vida vagando sin rumbo y la otra fingiendo que lo hacemos con determinación. 

Ahora siento que todo es vacuo, insustancial, trivial, carente de relevancia e interés, incluida esta puta mierda que estoy escribiendo.

Yo qué sé, he venido aquí porque no quería estar en ninguna parte.






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Solía irme sola, andando y desolada por las calles para que algo en el aire tratara de calmarme. 
Y no. Al final nada te calma. Quizá no haya nada más triste. 
Porque hasta nunca es hasta nunca pero adiós es.... ¿hasta qué?


"Ella tenía más de lo que podía soñar y creo que eso era lo malo: para amar a alguien ese alguien debe tener lo justo. Un poco menos es insuficiente. Un poco más lo echa todo a perder."







sábado, 28 de enero de 2017

Nos hacemos grandes partiéndonos poco a poco.

La imagen puede contener: una o varias personas y texto


''Contemplé por un segundo a Nora en su erguida, orgullosa y acorazada fragilidad. Su pecho se agitaba y aguardaba una respuesta. La certeza crecía inexorable en mi corazón; no nos amábamos.
Lo nuestro sólo era una mimada y preciosa relación tóxica, un idilio por dependencia, una de esas proyecciones autodestructivas que pasan una sola vez en la vida.
Pero no era amor.
El amor debía de ser otra cosa: un sentimiento equitativo, una serena certeza del otro, follar de un modo más empático y gimnástico, tenerse en cuenta, reducir la ansiedad, acompañarse de la mano a las revisiones médicas. Y no aquel interminable juego de espejos e ilusiones, adivinanzas y psicología inversa, esconderse y desearse, la dolorosa erótica del desplante que impregnaba cada idiosincrasia de nuestra relación.

No, aquello no podía ser amor.

Y entonces yo dije;
-Te quiero.''

[...]






miércoles, 25 de enero de 2017

Darse cuenta de que algún día éstas canciones te harán llorar.





''La vida es bonita porque un día termina...



...igual que el amor entonces.''










lunes, 16 de enero de 2017

Nunca vuelve lo que se fue, aunque regrese.







-Me gusta cómo escribes.
+ Te estoy abrazando.








martes, 10 de enero de 2017

Aflicción.



Tú no sabes que a veces me despierto en mitad de la noche y tengo absoluta e irrevocable necesidad de ti. necesidad de tocarte, de sentirte a mi lado.
Y no sé exactamente qué tienes de reconfortante, pero el saberte junto a mí hace que en mitad del sueño me sienta bajo tu protección.

Ahora tengo horribles pesadillas, 
pero mis pesadillas no tienen monstruos.

Sólo consisten en soñar que estoy sola
en la cama, 
sin ti. 

Y cuando finalmente me despierto 

y ahuyento la pesadilla, 

resulta que, 

efectivamente

estoy sola, 

en la cama, 

sin ti.








miércoles, 4 de enero de 2017

No es por ti, es por mí, he crecido.



Hacía mucho frío aquella noche en la que decidí volver a escribirte. El aire me congelaba los huesos.

Volver a escribir tal como volver a amar. Herir de forma totalmente desmedida al otro. Arrepentirse después. Llorar a ratos, pasar página, inventarte nuevos mundos. Esa sensación de no saber, de no entender, de no juzgar.

La única conclusión es que creo que somos un montón de malos finales y unos cuantos errores aún por cometer. 
Y qué feo todo eso, ¿no?

De repente me he dado cuenta de que la vida no siempre nos premia. Al final me voy a tener que creer eso de que no se puede confiar en nadie. Cada una de las personas en las que he puesto mi fe alguna vez han acabado destruyéndome, y, bueno, no es una cuestión muy teórica pero duele a más no poder.

Me encuentro entre la nostalgia y la pared.

Parece que el mundo no es tan brillante como ayer y las calles ahí, atestadas de injusticias y maldad.

Entendedme;
es terrible encontrarle el sentido a todo. 
A medida que creces tienes que aprender a vivir con la hipocresía y la soledad. Sin más. Desconsuelo y tristeza como compañeros de viaje y un sitio más en el vagón. Idílico, ¿verdad?

Tengo que superar esto de sentirme culpable por actuar tal y como soy. Sólo por lo mucho que me quiero a mi misma.

De verdad, qué pena tan grande que te decepcionen las personas que más quieres.
Cuando a la decepción se le pone nombre, y es precisamente el suyo, la herida pesa más. 
Otra más.
Lo trágico de rendirse con una persona es que ya no hay vuelta atrás. 

No sé, 
no existe vacuna para un adiós.


Si fuéramos verdaderamente conscientes
de nuestra 
insignificancia
haríamos exactamente 
lo que deseamos hacer.





lunes, 2 de enero de 2017

Naufragar


La primera vez que caí en la cuenta de que le había permitido quebrar algo en mi interior, me encontraba tendida junto a él.

Era mayo y estábamos mareados de tanto dolor.

Soy incapaz de recordar muchas cosas sobre aquella noche, salvo la soledad. La noción de tenerlo a mi lado y sentirme sola.

Empecé a llorar como hago cuando no puedo hacer ninguna otra cosa y el muy idiota confundió el vaivén de mis hombros con frío. Cubrió mi cuerpo palpitante con una manta hasta que sus dedos se hundieron en mis lágrimas, haciéndole entender la otra clase de frío que me hacía temblar.

Desde que era niña, cada vez que miraba las estrellas les pedía por alguien. Incluso cuando me hice adulta y estaba saliendo con este tipo o el otro, seguía pidiendo lo mismo: alguien.

Desconozco desde cuándo la humanidad ha estado otorgándole a las estrellas la responsabilidad de escuchar y cumplir nuestros deseos. Sólo sé que, desde que nos encontramos, he dejado de pedirle a los astros que cierren la brecha de mi soledad. Porque entendí que querer estar con alguien no es conformarse con cualquiera.

Que te quieran a su manera ó que no te quieran es la misma mierda con olor distinto, pero el amor también es esto.

«A veces siento que no estoy hecha para el mundo», le decía a mi madre por teléfono hace unos días. «No estoy hecha para vivir en un lugar en el que tenga que desligar mis sentimientos de todo, incluso de mis afectos.»

Porque la cuestión es que yo creo en el amor.

Y creo que el amor quiere durar para siempre, aunque no dure.


Resultado de imagen de serás amor un largo adiós que no se acaba



''Con frecuencia me pregunto si soy yo la que no encaja en este mundo 
o es que todos fingimos. 
Sumergimos nuestra verdad y salimos a la calle disfrazados de alguien que no somos y derrochamos la vida en este baile de máscaras en el que nadie es quien dice ser.

Con frecuencia me pregunto si merece la pena. Tanta pose, tanta auto censura, tanta doctrina. Tanto miedo, en resumen. Porque es que la libertad y la responsabilidad se parecen tanto. 
Y mi instinto me dice que estamos cometiendo un terrible error.

Y mi mente se fuga a otros mundos, subterráneos, privados, secretos. 
Y allí se toca con mi alma. Y entonces me pregunto si soy yo la única que inventa fugas. 
Y mi instinto me dice que no, que necesariamente debe existir un universo subterráneo de mundos paralelos. 
Aislados. Mágicos. Cautivos de sí mismos. 
Temerosos de ser descubiertos y a la vez ansiosos por ser encontrados.

Y con frecuencia me digo a mí misma que debe haber alguna manera de conectar. 
De mirar a los ojos. 
Y vengo aquí y lo escribo. 
Y me pregunto si soy yo la única que lo piensa. 
Y me alivia saber que obviamente no.

Pero luego salgo a la calle y todo me parece un baile de máscaras en el que nadie es quien dice ser.''






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My madness keeps me sane.