Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


jueves, 4 de octubre de 2018

Do we get what we deserve?



Era muy tarde y en el cielo había mil estrellas. Y allí estábamos tú y yo, esperando cualquier milagro.

Llorabas. Creo que nunca antes te había visto llorar. De ira, de pura rabia. De injusticia, de apatía por la vida, de soledad. Y tus ojos me miraban, arrastrando tristeza de días, de semanas, quizá incertidumbre de cientos de noches.
Y sonreí, y traté de hacerte entender que no todo en la vida tiene un porqué, que hay cosas que vienen y te arrastran y destrozan todo eso en lo que solías creer y amar.
Te abracé, te abracé lo más fuerte que pude y dejaste caer tus brazos sobre mi espalda, mientras el silencio consumía aquel lugar.
Y entonces me dijiste aquello. Jamás en la vida he podido comprender cómo hay palabras y frases que me marcan tanto y clavan espinas tan dentro de mi ser.
''Lo único que quiero es no acabar cómo tú.''

Te miré, soltaste alguna broma de las tuyas y volviste a romper a llorar.

Hacía frío, me quité la chaqueta y te arropé con ella. Me dijiste aquello de ''aquí el tío soy yo, esto debería ser al revés''.
Me reí.
Detrás de aquella faceta de tío duro que siempre llevabas puesta había un niño muerto, aterrado de miedo. Detrás de las risas, de las cervezas, de las bromas, de conquistar tú y yo el mundo, de los viajes, de tus consejos de auto-reflexión y de mandarlo todo a la mierda había algo más.
Algo que nunca había visto, algo que me caló tanto que se me quedó enquistado en el corazón. Un sentimiento de superación inmenso, que enterraba toda la nostalgia y tristeza que llevabas tragando tantos meses.

Te dije algo así como que la vida era una mierda, que todas las personas que conoces te van a herir irremediablemente, que estamos aquí un rato y que quizá a veces es mejor irse sin que a uno lo echen.
Tú asentiste convencido y entonces me abrazaste tan fuerte que me faltó el aire.
Y estuvo bien, lo único que desee en aquel momento fue dejar de respirar.
''Lo único que quiero es no acabar cómo tú.''

Me había convertido en todo lo que un buen día había odiado con todo mi ser. El miedo me paralizaba. Me había transformado en alguien incapaz de amar y de querer y llevaba mucho tiempo sin dejar entrar a nadie en mi vida. Estaba enterrada y asfixiada. Sentía una presión en el pecho tan grande que no podía levantarme por las mañanas. Había pérdido tanto tiempo, tanta vida, me sentía tan aterrada...

Te mire y recordé aquella niña que solía tener la fuerza de un imperio y hallaba pureza, belleza y verdad en cada momento y en cada persona que meramente se acercaba. Me acordé de mi, y parecían haber pasado cientos de siglos desde aquello.

A ratos me doy cuenta de lo difícil que es poder ser entendida por alguien más. Sentir que formas parte de éste mundo, desear volver a crear, desear iluminar el camino de los demás.

En aquella esquina del mundo tus palabras se me clavaron en el alma.
Hacía frío, íbamos medio drogados y de repente empezó a llover. Decidí que era el momento de irme y, sin previo aviso, me cojiste del brazo y me pegaste de nuevo a ti.

Irónicamente, me dijiste ''Londres recomendado cien por cien sólo por conocerte a ti.''

Reí brevemente, cerré los ojos muy fuerte y ésta vez fui yo la que rompió a llorar.




''Aquel que te hace reír sabiendo que estás a punto de llorar
se merece el doble de amor que te da.''




Te quiero muchísimo, J.


Mi foto
My madness keeps me sane.