La gente se acostumbra a la persona sonriente, feliz y sin problemas, pero esa es sólo la sombra por fuera.
Contigo soy la de dentro.
A la que le duele que la vean rota, la que se preocupa en exceso, la que quiere que todo esté bien.
La que cuenta los secretos a medias, porque sabe que al fin y al cabo todo el mundo oculta cosas.
Soy la de los abrazos y risas de nervios, la de lágrima fácil y pocos amigos reales. La que se enamora y se hace autopsia en vivo, enseñando todo lo que traigo dentro. Soy lo que he comido y me ha hecho daño, todas mis alergias y también todas mis pesadillas.
Te muestro lo que no soy frente a todos porque el mundo en plural siempre me ha dado cierto recelo.
Soy la que escribe pero nunca se siente demasiado capaz para exponerlo en ningún sitio. Soy la niña acomplejada muchas veces, la que no siempre es fuerte. La que tiembla con los relámpagos desde que era cría, a la que le brotan cristales cada vez que cree que algo de alrededor se rompe en pedazos.
Soy la que tiene traumas evidentes y no los termina de aceptar, la que creía que no merecía nada por ser la mala y luego resultó ser la buena del cuento. La que cuando fumaba se creía la peor enfermera del mundo, la que duerme sin calcetines porque con ellos siente que se asfixia, la que muchas veces no es capaz de expresar con palabras y prefiere callar.
A veces soy monstruo,
a veces humana.