que está por todos lados .
Y te besa. Y te dice: tranquila.
Y te quiere. Y te sorprende.
Y la firmeza de su mirada acaricia tus ojos
y entonces ya no hay vuelta atrás.
Ese guiño de complicidad cuando me observas.
. A veces no hay que renunciar a nada.
Eres un tesoro.
El mío.
Mi corazón late más rápido cuando escucho tu voz.
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