Coger un avión a Barcelona un miércoles por la noche. Escribir un relato a las seis de la mañana. Tratar de componer una canción con un piano sin teclas. Ver a Extremoduro en medio de un pelotón de gente. Viajar a tres países distintos en menos de diez días. Andar recorriendo rincones preciosos del mundo. Recordarte. Tatuarme libertad en la espalda. Escribir una carta -para mi misma-. Recuperarte de una enfermedad. Perder todos los papeles importantes de la universidad. Aceptar un contrato de trabajo en otro país.Quererte muchísimo. Echar de menos a tus padres. Probar la tarta Sacher del hotel más caro de Viena. Olvidar completamente a tu ex. Ver las estrellas desde alturas desconocidas. Cortarte el pelo sin meditarlo. Tener mucho (mucho) miedo -de ti misma-. Mentir. Mentir una y otra vez. Madurar. Todas esas cosas que haces sin pensar y merecen tanto la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario