''¿Os habéis fijado en que es imposible encontrar a otro ser humano que no tienda a juzgar permanentemente cada mínimo aspecto de tu vida?
Querer, lo llaman.
Y el caso es que he vivido lo suficiente para saber que todas nuestras certezas son absurdas, arbitrarias y absolutamente prescindibles.
A veces pienso; ¿y si invirtiéramos todo ese tiempo en contar historias, escuchar las de otros o hacernos cosas bonitas con los dedos, los pies o la lengua?
Joder, no habría color.
Pero no: en lugar de eso, seguimos forjando una infinita cadena de culpabilidades con cada ser humano que encontramos a nuestro paso.
Una cadena pesada, dolorosa: casi indestructible.
También lo llaman vivir.
[...] ''
Jose M. Campos.
Qué mal nos tuvimos que portar de pequeños
para llegar a mayores
y sentirnos culpables incluso
por lo que otros nos hacen.
para llegar a mayores
y sentirnos culpables incluso
por lo que otros nos hacen.
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