Las personas que se dejan llevar por las emociones terminan bajando la guardia.
Sin embargo,
de repente
un buen día
renacen.
Qué curiosa la vida,
quisimos tanto a una persona que
justo por eso
ya no la podemos querer más.
Te da miedo que los demás te hagan lo que tú haces a otros.
Bra-vo.
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