Y de repente algo inimaginable te toca y entonces parece que acaba de ocurrir la mayor casualidad del mundo; cuando no es así. Acto seguido lo examinas todo y te das cuenta de que ya estaba previsto que ocurriera así justo en ese momento y tú ni siquiera habías notado nada. Cuerdas que rodean nuestro cuerpo y lo asfixian hasta que somos capaces de susurrar qué es lo que maneja nuestra vida y qué vendrá si perdemos esa arma. Casualidad. Casualidad fue conocerte y sin embargo aquí estás dentro de mis sueños y de mis pensamientos cada instante dándome aire.
Y de repente aparece algo delante de nuestros ojos que concebimos como extraño o sumamente casual; cuando no, las buenas casualidades sólo se aprecian con el tiempo.
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