Me pierdo en ti.
Muchísimo.
'Quiero que seas responsable ésta noche'. Y yo asiento, claro. Y me dispongo a ello, pero te acercas por detrás. Y el roce de tus dedos sobre mi piel recorriéndome de arriba a abajo, claro, quién diablos va a luchar contra eso. Aquí estoy yo, abrazándome a tu piel como si te fueras a escapar, junto a tu respiración. Que me toques como si fuera de cristal, pero sabiendo que no voy a romperme. Delicadeza. Que me atrapa y desquita cada susurro que sale de mis labios.
Atrapada, sin quererme ir. Como un vicio, como una droga. 'Te has metido en todos los rincones de mi cuerpo y de mi mente, maldita' Como una maldición de las buenas, como un secreto inconfesable, como una mirada que nos define y nos dicta que debemos seguir besándonos. Bésame. No dejes nunca de hacerlo. Como una perdición. Como una felicidad que te recorre una y otra vez cuando te acaricio. Y cuando te muerdo, y tú te quejas. Y te pido perdón, y no me perdonas nunca con palabras pero con la mirada me comes. Como mi medicina. A los días malos, a los buenos, a los nuestros, a la luna, ya sabes, ida y vuelta.
Atrapada, pero libre de cadenas. Atrapada en ti.
Pero tan sana, tan buena, tan transparente y tan de verdad.
Cuando ríes, todavía te deseo más.
Tú que has venido a ser mi salvación, quédate.
♥
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