Un desconocido que hasta hacía dos minutos no formaba parte de tu mundo, después se convertía en parte tuya, te entendía más que cualquier persona en el planeta y notabas que te ayudaba de una manera tan profunda e insondable que te sentías comprendida y en paz.
Qué frenesí de vida.
Hay personas que se vuelven terriblemente feas
en cuanto abren la boca.
Y otras personas
como tú,
que te cautivan.
Cuanto más las conoces,
más guapas se vuelven.
Eso es lo que pienso de ti.
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