Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


miércoles, 13 de julio de 2022

Vals 2.0

En las noches llovía tanto que no sabía si el agua caía ahí afuera o es que estaba desbordándoseme el corazón.

Siempre hacía frío. Siempre sentía un frío atronador que me helaba las huesos y me congelaba cada uno de mis pensamientos.

Me ponía música de piano a todo volumen y me imaginaba deshaciéndome en la inmensidad del mar. Sentía cómo mi piel se iba empapando mientras me adentraba en aquella eternidad. Poco a poco, las piernas, el abdomen, esa suave línea que separa los brazos... y sentía como mis manos y mis dedos se sumergían allí, hasta que mis pensamientos desaparecían y yo me hundía a mil metros bajo el mar.

Así me sentía cuando estaba sin ti.

Muerta.

Si es que alguna vez se pudiera experimentar algo similar, podría haber sido aquello.

Dentro de un mundo que no era mi mundo. Inserta en una realidad que no era la mía, donde mis ideas ya no florecían como antes, cuando ya no me quedaban más lagrimas, cuando me tumbaba en la arena y percibía como la brisa me llevaba hasta que caía la noche.

Así me quede allí.

Bajo la calidez de la esperanza, mientras la luna se despertaba y las olas del mar acompañaban mi respiración.

Podríamos hablar de la interminable lista de cosas mal que he hecho en mi vida; las decisiones erróneas, las despedidas innecesarias, el daño al prójimo que infligí... 

No me gusta hablar de las etapas de mi vida porque se me remueve el dolor.

Pero es así.

Uno vive por capítulos y hay que aprender a aceptarlo.

Es verdad aquello; a veces no se encuentra consuelo en nada. 

El dolor, la confusión y la impotencia se hacen tan inabarcables que en verdad crees que estás como ausente porque ninguna palabra del mundo exterior te toca.

Ese seguir huyendo de ti misma mientras los años te pasan por encima.

Ese estar roto por dentro y seguir sangrando las mismas heridas una y otra vez. 

Ese tratar de ocupar el tiempo lo máximo posible para no poder pararte a pensar.

Ese levantarte a las cuatro de la tarde con ganas de vomitar la mitad de tus recuerdos.

El error es mirar lo de ayer con ojos de hoy;

querer que las cosas vuelvan a ser igual

cuando tú ya no eres la misma.

Cómo si se pudieran reciclar los suspiros, cómo si se pudiera dar un primer beso por segunda vez, olvidar lo escrito, narrar tu historia desde un lienzo en blanco.

A veces el miedo también deja una resaca terrible.

En estos días,

días sin paz, 

noches sin luna.

Ningún lugar es mi lugar

y no consigo reconocerme en nada ni en nadie.

Así pues no estoy donde estoy ni dónde estuve.

Dejo mi cuerpo y me voy lejos, a ninguna parte.

Y no quiero estar con nadie,

ni siquiera conmigo misma.


Me doy mucha ternura cuando me hago la valiente 

y me tiembla hasta el alma.






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi foto
My madness keeps me sane.