Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender
¿Y sabes qué? Que lo mejor ha sido tu cara; tu cara de sorpresa y tus ganas de matarme, eso, sin duda, ha sido lo mejor. Y cuando me dices lo tonta que soy, y gritas; tonta, tonta, tontísima, y entonces yo me río y tú simplemente te quedas ahí mirandome mientras yo únicamente puedo reír y abrazarte; y sentir tu abrazo. Esa expresión de frustración, ganas de asesinarme y amarme al mismo tiempo es lo mejor del mundo. ¿Y sabes porqué? Porque si pudiera volver a comprarte un regalo cada vez que no te lo esperaras y ver esa cara de ternura, lo haría. De hecho, lo haré, lo haré cuando me apetezca y porque me apetece. Y asúmelo. Cada abrazo que me das es el mayor regalo que me puedes otorgar únicamente estando aquí, a cada momento y cuando me sonríes. Así que, tú, guapito de cara que me robas los argumentos; deja de pensar que falta algo para mí, porque lo único que necesito...
... eres tú.
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