Mirar al infinito únicamente con un proposito. Disfrutar de las nubes y del inmenso cielo que destella esa luz creada por la imaginación y simplemente saltar. Saltar inmersa en risas. En sabor a libertar. En dulzura. En una ingenua tendencia a nadar en pensamientos ajenos. En sentir el fuego ardiente y continuo fluyendo dentro de nosotros.
Mirar al infinito con un solo propósito.
Vivir.
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