Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.
viernes, 14 de enero de 2011
Demasiado y merecido
Y entonces te invade el miedo. Algo irracional, ilógico, impensable, oculto y extremadamente cruel, algo tan estúpido como normal. Es de estas cosas que sabes que están ahí pero que no pretendes afrontar. Pues así, en un instante inesperado aparece delante de ti y se transforma. Y te acosa. E intenta destruirte poco a poco. Y te hace pensar cosas tontas, cosas que hacen daño, cosas que te hacen llorar, cosas que no quieres oír, ni escuchar, ni siquiera imaginar porque únicamente así te haces añicos. Y aparece victorioso delante tuya, como otras muchas veces, y trata de hacerte dudar. Y así, ladrillo a ladrillo te aprisiona los pensamientos y ni siquiera, meramente, puedes atisbar si, realmente, existe algo por lo que debes preocuparte.
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