Yo caminaba sola mientras mis hermanos y mi madre estaban sentados,
juntos, lejos de mi deseo de paz y de locura.
Tenía hambre. Siempre tuve hambre de vida y de silencios.
Hambrienta y saciada al mismo tiempo.
El hombre me parecía un animal feroz. Llamaban a la puerta a cualquier hora.
Eran ladrones de muertos. Vivir era difícil, cada día.
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