Por los sueños que quedan por ser.
Aprendimos a hablar. Aprendimos que no siempre está bien eso de querer y punto. Aprendimos que el cielo puede empaparte en una tarde noche de invierno y dejarte helada. Aprendimos que a todo el mundo no le gusta la lluvia. Aprendimos que debemos compensar todo aquello que dejamos caer. Aprendimos que el mundo gira y tú no puedes bajarte cuando te apetezca. Aprendimos que los gritos suelen repartirse en tazas de bien. Aprendimos que siempre duele tachar de ineptitud a cualquiera que nos rodee. Aprendimos que la avidez se consigue mirando a los demás. Aprendimos a sentir. También a querer.
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