Cuando no había luz.
Y la oscuridad lo cegaba todo.
Y la oscuridad lo cegaba todo.
Llegaste tú.
Cuando no había agua.
Y de mi garganta no salían más que patéticas palabras.
Y de mi garganta no salían más que patéticas palabras.
Llegaste tú.
Cuando no había tierra.
Y los caminos eran infinitos y no existían en el tiempo.
Y los caminos eran infinitos y no existían en el tiempo.
Llegaste tú.
Cuando no había fuego.
Y mis manos gélidas necesitaban calor.
Y mis manos gélidas necesitaban calor.
Llegaste tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario