Sonreí al ver el resultado final, simplemente era un trozo de papel con forma, pero aún así, me gustó. Me agradó por lo diminuto que era, y lo bonito que parecía en mis manos.
Lo miré con cautela pensando cual iba a ser su cometido y estuve algún tiempo mirando el reloj hasta que se me ocurrió una idea algo tonta. Cogí un boligrafo negro y escribí con letras redondeadas un ''Quiero conocer el aire''
Y me miré al espejo y salí de casa corriendo sin dar ninguna explicación con él en la mano.
Comencé a caminar y a observarlo todo, hasta que de pronto me percaté. Y andé tranquilamente hasta llegar allí. Fuí hasta un lugar alto, muy alto, donde la brisa alborotaba tus cabellos y reías sólo con observar como el viento traía y llevaba los papeles del suelo y las hojas de los arboles... Y le susurré a las nubes que cuidaran del barquito cuando lo dejara libre.
Y sí. Así fue. Aquel día se me ocurrió aquella tontería y sin saber porqué me hizo feliz.
Nunca pude divisar donde fue, ni cual fue su camino después de que se elevara de mis manos y desapareciera en la estela de ese golpe de aire que me lo arrebató, pero realmente sin un porqué, supe que el pequeño barquito conoció el aire y se enlazó en cada mirada que lo observó.
''No hay que hacer deprisa lo que es para siempre''
''El cielo no se nos muestra siempre azul, hay que aprender a verlo tras las nubes''
''El cielo no se nos muestra siempre azul, hay que aprender a verlo tras las nubes''
Sonríe mi niña... aunque sea por la cosa más estúpida del mundo, porque cada sonrisa tuya invita a reir a otras muchas
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