Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


martes, 29 de octubre de 2019

Siento cosas que no sé explicar; bésame.





Es infinitamente revelador cómo vas marcando a cada una de las personas que vas encontrando a lo largo de tu corta e ínfima existencia. 
De verdad, todo es significativo, relevante, valioso. 
Cada gota, cada lágrima, cada minúsculo recuerdo. 
Cada beso, cada charla al amanecer, cada paseo por cualquier calle pérdida del mundo. 
Cada mínima persona que tocas y se queda grabada en tu subconsciente. Cada sueño del que despiertas buscando cobijo en unos brazos amigos.
Todo es trascendente, vital.

Mi padre siempre me ha dicho muy claro; lo difícil en ésta vida no es coincidir, sino permanecer. 
Y toda la razón. 
Es increíble cómo hay personas que llegan a tu vida y marcan un antes y un después. 
Gente que quizá llevas conociendo mil años, gente que acaba de llegar, gente que parece que se morirá a tu lado. Gente que te abraza y podría caerse el mundo que a ti no te importaría lo más mínimo.  Así como si se tejiesen en el aire de seda los anhelos de toda una vida. Es hasta sobrecogedor. ¿Nunca habéis sentido que sois todo un mundo carente de sentido? 
A veces me parece incluso extraordinario. 

Parece ayer cuando sentía la ilusa pero inherente creencia de que podía comerme el mundo. Bendita, suave, preciada e ineludible inocencia. Han pasado muchos años y aquí sigo. ¿No os parece inconcebible el mero hecho de poder existir? 
Lo demás todo es despertar.

No me hagáis mucho caso;
hoy el día va de recuerdos.




''Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir
desborda el alma.''

-Cortázar-






Qué bonita la gente que sí. 
Que quiere.
Que puede. Que intenta. Que arriesga. 
Que se atreve a volar y huir.









Mi foto
My madness keeps me sane.