Cómo me agotan las personas negativas. De verdad, me consumen terriblemente. ¿Porqué hay que secundar siempre ese aspecto de la vida? ¿Tanto cuesta colocarse una sonrisa en la cara?
Todos vivimos -nos guste más o no- rodeados de gente así. Hermanos, primos, amigos, conocidos e incluso nuestra propia pareja. Yo es que no lo soporto, y mira que he tenido rachas malas en las que quería desaparecer... pero ¿es necesario perdurar esa agonía?
Vuelvo a casa con esa sensación agria en la boca de decepción. Y no sé, quizá existe un momento en el que llegas a acostumbrarte... pero para mi es tan triste que me doblega. No sabría cómo definirlo, es de las peores sensaciones que se pueden experimentar. Incluso peor que la soledad.
Es una especie de angustia vital que no puedes arreglar con nada. Lo único que lo alivia es la música. Las canciones más tristes del universo han sido compuestas para tal fin. Y no sé, supongo que es difícil pretender que alguien muestre un poco de interés -lo mínimo viable- por la sociedad. Por lo que nos rodea, por lo que vivimos cada día -por lo que nos ha hecho en algún rincón sentir-.
Es difícil no hacer daño.
¿No os entran a veces ganas de mandarlo todo a la mierda?
Así, sin fijarse siquiera en qué coño significa eso.
Estoy tan cansada de gente así. De verdad, no os hacéis una idea, agotada terriblemente.
La decepción es peor que un cáncer. Se mete dentro del corazón y no hay forma alguna de echarla. Se queda ahí plácidamente y me come poco a poco. Qué puta.
Nos pasamos la vida esperando que sucedan cosas que no van a suceder con la vana esperanza de encontrar algo que no existe. ¿No es genial?
No sé lo que busco, pero está claro que no lo tienes tú. El mundo se ha roto, y no sé a donde voy. Con la de veces que he tenido que elegir en mi vida... y fíjate. Ni idea de cómo empezar con todo este desastre mental. Puede parecer que soy un sinsentido y en cierta medida es verdad. No existe nada que me llene más el alma que un corazón desmedido que me reclame una y otra vez. Eso hacías tú. Y fue algo que jamás había vivido o tan siquiera rozado. Supongo que cuando las cosas cambian ya no hay marcha atrás. Aún no he sabido digerirlo bien. Sin poder volver atrás el camino hacia delante está podrido de recuerdos. Y t e e x t r a ñ o, con todas las letras de esa puta palabra. ¿Cuántas veces nos sirve una palabra para dinamitar todo lo vivido? Aún te echo tantísimo de menos. Y lo sé. Lo difícil es la vida real, la de las ojeras, la de los fracasos, la que está fuera de los libros y de los bares, la que no queda tan bonita en un poema. Pero yo confío en ti -o en lo que fuese que nos uniera- y sigo aquí aunque no lo creas, aunque el mundo se oponga aunque la Tierra empiece a arder aunque nadie daría ni un duro por nosotros dos -no sé tan siquiera si yo lo haría- esperando-te.
La RAE dice que enamorarse es:
-cito, porque merece mención- Excitar en alguien la pasión del amor. Lo repetiré siempre; eso has hecho tú en mi.
Estamos preparados para lo que nos toca vivir. Desterremos la auto-compasión. Somos capaces de lo que nos propongamos y es importante perseguir nuestras metas aunque nos cueste. No siempre será fácil conseguir ese sueño inalcanzable, el mundo puede parecer despiadado y pocas veces alentador, pero es importante recordar que estamos preparados y listos para la vida. Hay que salir a luchar.
XIII
La felicidad tiene muchas acepciones. No hay que juzgar a nadie sin conocer su historia; ni siquiera aún conociéndola. No hay que juzgar. La humildad prima sobre todos los valores del ser humano. Hay que aceptar la diferencia de opiniones, razones, preguntas y formas de sobrevivir. Recordad que no estamos solos y que no tenemos la verdad universal nos ayudará a vivir más dignamente.
XIV
Te quiero en mi cama y te quiero sólo a ti. Hay que admirar los pequeños detalles que nos ofrece la existencia. Despertarse con la persona amada, un café en la terraza mientas llueve, una sonrisa de tu profesor antes de graduarte, un último abrazo antes de una despedida. Hay que desterrar la idea global de disfrute colectivo. Cada uno tiene sus pequeñas aficiones y sus pequeñas maravillas. Disfrutar de cada una es realizarse en un ámbito más personal.
XV
No eres tan fuerte como te crees, déjate ayudar. Pide ayuda y presta toda tu atención. Déjate encandilar por la bondad de la gente que te ayuda. Agradece su existencia y tu capacidad de compartir conocimientos. Comparte. Comparte todo lo que te ronde la cabeza y empápate de todo lo nuevo que puedas aprender. Todo el mundo necesita una mano para levantarse del suelo a veces, por eso, tengo que decirte, pídeme lo que necesites, te ayudaré siempre que pueda.
XVI
Todo es ir probando. No has de ser un físico ni un médico prestigioso con vocación desde los 3 años. Permítete equivocarte, buscar tu camino, indagar las opciones viables. No te reprimas y ni dejes que te pisoteen. Estudia lo que te guste, trabaje en lo que te apasione, nunca desiste en lo que te llena el corazón. Trata de encontrar tu camino, prueba, inténtalo de nuevo, insiste mañana, no hallarás tu camino sin equivocarte al menos mil veces.
XVII
Estar loco es más rentable de lo que parece. No es obligatorio ser racional. No es obligatorio tenerlo todo calculado ni ser metódico ni tener todas las facturas del agua establecidas este año. Hay que dejarse llevar y observar la realidad con ojos de crío. No crezcáis tan rápido, dejad un poco de ilusión dentro vuestra. Las decisiones más importantes de nuestra vida probablemente sean fruto del resultado de una emoción más que de una reflexión certera. Vivid despacio, disfrutad más.
XVIII
Pedir perdón no es tan difícil como parece. Es importante aceptar que podemos equivocarnos. En el hospital nos enseñaron a aceptar que podíamos equivocarnos. Mi médico a veces se equivocaba y siempre aceptó la culpa. El mundo iría mejor si aceptáramos que nos equivocamos, que hemos errado. Mucha gente intenta buscar una excusa a su equivocación; buscar otro culpable, quitarse el muerto de encima... lo que no conocen es el goce de aceptar la culpa. Un goce que tiene que ver con saber que has tomado una decisión equivocada y que lo admites. Sin más. Hay que aprender a disculparse cuando es necesario, retractarnos en cada desvarío, aceptar que hemos defraudado a alguien.
XIX
Estoy segura de que tienes una canción para cada momento de tu vida. Escucha música y permítete cantar. Canta, baila, recréate en los sonidos, mezcla temas, apúntate a un grupo, ponle banda sonora a cada capítulo de tu vida. Es importante marcar cada momento con un sonido que nos sellará de por vida. Yo tengo una canción para cada persona que me ha echo sentir algo más, y creo que eso es bonito. No dejes ningún recuerdo atrás, escucha música y deja que fluya por tus venas como la sangre por todos los capilares de tu corazón.
XX
Agradécele siempre a tus padres ser quien eres. Agradécele que te criaran, que te dieran de comer y un techo para cobijarte. No te olvides nunca de tu familia, por muy auto-suficiente que te creas, nunca dejes de sentir gratitud por la gente que te ha hecho ser cómo eres. Agradece los valores y las actitudes que tienes, las cosas materiales, el amor incondicional que siempre dan. Hazme caso, aunque creas que no tienes ni un pelo de parecido con tu padre, dentro de veinte años vas a tener las mismas manías que él.
XXI
Si no consigues ser feliz donde estás, no vas a conseguirlo en ningún lado. Busca tu felicidad por encima de todas las cosas, personas y metas del mundo. Piensa en ti y nunca te dejes atrapar por la mecánica de la sociedad. Vive a tu manera, ten tu estilo de vestir y tu forma de pensar, escucha la música que más te guste, come a deshoras y ten sexo con quien creas que te hará feliz. Ama, ama siempre y no olvides a las personas que te rodean. Dale un voto de confianza a todo el mundo, déjate querer. Siente las cosas intensamente, besa con pasión y no permitas que nadie decida por ti ni te dirija el futuro. Aprovecha cada momento y sobre todas las cosas, mójate bajo la lluvia si eso te hace latir fuerte el corazón.
La vida no tiene un sentido exacto. No todo tiene porqué tener respuesta. Ni siquiera ese problema que te come la cabeza cuando te vas a la cama y cierras los ojos. Ni siquiera esa persona que un día se fue, ni siquiera esa prueba, ese amigo, esa pregunta... A veces la mejor solución es que no haya solución. Existen cosas que no tienen explicación porque no las necesitan.
II
Lo más importante es tener un gran corazón para el mundo y nunca jamás olvidarnos de como se usa. Amar, amar por encima de todo y todos, amar dejándonos el alma y querer aunque no nos quieran. La salida a todo es el amor puro y duro, como si fuese una droga. Amar a todo aquel que te toque el alma, aunque no esté, aunque se haya ido, aunque fuese lo más importante que tuviste nunca. Amar por encima de todas las cosas.
III
Siempre seré una cría malcriada y consentida. Por mi padre, por mi abuela, por mi pareja, por todo aquel que me besó algún día. Y no pretendo cambiar, porque la esencia de cada uno hay que hacerla perdurar en el tiempo. Hay que aceptarse uno mismo, contra viento y marea, contra gente, opiniones y defectos. Nunca nadie nos va a fallar tanto como nosotros mismos, por eso es obligado aprender a perdonarnos.
IV
Nadie escoge de quién enamorarse. El corazón es así. Vive, siente, entiende, disfruta, ríe. No te culpes nunca. Deja las cosas fluir. Acaricia a esa persona que te está otorgando su tiempo. Escríbele, déjale entrar en ti. Ama, ama sobre todas las cosas. (volver al punto 2)
V
Construye cosas que contar. Una canción, una motivación, una historia, un sueño. Haz que tu camino empiece a tener sentido. Construye relaciones, rómpelas, crea nuevos amigos, viaja con los antiguos, quiere a todo aquel que te brinda la oportunidad de construir. Construye lo que desees, pero nunca dejes de construir tu vida.
VI
Viaja. Ábrete al mundo, empápate de otra gente, de otras culturas, de otros mundos. No dejes nunca de crecer como persona. Visita nuevos sitios, hazte fotos en todos lados, amplia horizontes, enseña lo que sabes y descubre todo lo que esté en tu mano. Nunca dejes de descubrir.
VII
Aprende de la vida. Hay que seguir aprendiendo cosas nuevas constantemente, aprender de todo lo que nos rodea. Aprender de las personas, de los momentos, de la gente que nos falla, del desamor, del amor y su éxtasis, aprender a querer, a querernos, a decir no cuando es necesario, aprender que estamos en este mundo para ser felices.
VIII
No hay que ser perfecto. Nadie nos ha pedido que seamos ese todo-terreno imparable que puede con todo, y si alguien nos lo hubiese pedido, hay que plantarle en la cara un sonoro no. Si no es ese el cometido de nuestra vida no hay que brillar ni relucir ni ser espectaculares. Todo el mundo comete errores, todo el mundo cae y se levanta una y otra vez. Espero que quede claro; no puedes ser perfecto, pero ser bueno ¿qué te cuesta?
IX
El mundo va demasiado rápido, hay que tomarse un respiro de vez en cuando. No hay que pretender ser emprendedor ni resolutivo los 7 días de la semana. Hay que dejarse mimar. Hay que recargar pilas dando un paseo o tirados en el sofá. Hay que recordar lo beneficioso del break time.
X
Llora. Por lo que más quieras en el mundo, ahógate en lagrimas. No entiendo ese concepto erróneo occidental de llanto como debilidad. Llora por aquello que querías y se fue, llora por ese examen que te catapultó a septiembre, llora por no conseguir ese bolso, ese tren o esa puntuación. Llora porque se murió tu perro, porque tu amigo no quiere saber nada de ti o porque esa persona te acaba de dar el último beso de su vida. Pero por favor, llora. Llora con todas tus fuerzas. Son lagrimas, no ácido sulfúrico. Déjalas correr.
XI
No hay que dejarse dominar por el dolor. Se nos agota el presente mientras nos enzarzamos en nuestra trifulca personal para sobreponerse al dolor. Hay que recordar lo vivido con esa añoranza especial, pero nunca hay que dejarse influenciar por todo lo que nos ha tocado el corazón. Hay que saber reponerse del dolor. Los recuerdos son el antidepresivo natural más potente del mercado, y como tales, apagan el dolor. Hay que vivir aunque duela. Y háganme caso, el dolor sólo está presente cuando lo instamos a permanecer aquí.
Me gusta la gente con ese átomo de locura que hace que la existencia no sea monótona, aunque sean personas desgraciadas y estén siempre en las nubes, como yo. Personas que, según mi familia, son calamidades indeseables.
Me gusta la gente con la que reírse no es un delito y con la que puedo sentir que la vida tiene un sentido y no es necesario estar torturándose a cada instante por la sociedad que nos rodea.
Me gusta la gente feliz. La gente que no tiene más sonrisa porque no le cabe en la cara, a la gente que le palpita el corazón cuando mira a otra gente, que se emocionan, que se ilusionan, que quieren comerse el mundo por las mañanas y no dejan que nadie se los coma.
Me gusta la gente que se sonroja cuando la miro, como tú. La gente que se emociona cuando la toco, gente que me deja entrar en su universo. Algunas personas fascinan con besos, con palabras y con un tacto que excita hasta la materia más ciega. Son seres humanos que palpitan con la vida sin permitirse descanso.
No existe otra forma de crecer, creo. Y aunque me guste la gente así, llegar a alguien no siempre es fácil.
Lo peor aparece cuando tú llegas a alguien, y ese alguien llega sólo para irse.
'' Estuve intentándolo un tiempo pero ya sabes que cuando el amor se apaga es más frío que la muerte. Lo malo es que los dos extremos no se apagan al mismo tiempo y cuando eres el extremo que sigue activo más te valdría estar muerto. ''
Mi cuerpo resbala sobre tu piel. Duerme hoy tranquilo sobre el jardín del Edén. Esta humedad desprende sabor a miel. Y qué delicado el tacto de mi boca con tus labios, de tus labios con mi manos, de mis manos con tus muslos, de tus muslos entre mi.
Ahí es donde debes estar.
Debes, -cito sin consecuencia- ser la lluvia para mi.
