Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


lunes, 19 de agosto de 2019

I've got a burning desire for you, darling


Yo hoy lo que quiero es estar muy pegadita a ti.

Que nuestros pies se acaricien, que nuestros brazos se enreden, que tu piel y la mía se toquen en cada centímetro de nuestro cuerpo hasta que obtengamos la evidencia empírica e incuestionable de que, en fin: ya es imposible estar más pegados.

Y, a partir de ahí, tratar de apretujarnos aún más; desafiando las leyes de la física, de la mesura y esos manuales de montaje conceptuales que dan los cabrones de IKEA. 
Porque si todo se derrumba; da lo mismo. Nos hundiremos sobre los restos de ésta cama como si fueran arenas movedizas.

Pero seguiremos pegaditos, que es lo único que yo realmente quiero.

Y vale, ya sé que la ajetreada vida moderna y nuestra extraña tendencia a los desencuentros, al amor, a comernos por las noches y a complicarnos la existencia siempre lo acaban dificultando todo.

Pero en fin, seré sincera; no me importa demasiado.

Si es que a mí me da todo igual con tal de poder estar muy pegadita a ti, mi cielo.

Y hacértelo, follarte hasta hacerte gemir. Hacértelo con mimo, saliva y sangre. Hacértelo con ternura, con sentimiento, con unas ganas locas de perderme en tu boca, en tu piel, en ti.
Follarte hasta que los límites del universo se expandan y la Tierra empiece a retraerse sobre sí misma.
Hacértelo hasta que, al fin, nos despeguemos con violencia y caigamos cada uno sobre nuestro respectivo lado del colchón, temblorosos y jadeantes. 

Así, sin más.

Me apetece estar pegadita a ti.





Desnudar a alguien es arrancarle el miedo a volver a sentir.

-







Voy a solucionar tu mundo a besos; abre.


A medida que el año llegaba a su fin tuve la oportunidad de compartir momentos con alguien que me enseñó bastante en muy poquito tiempo. En una de nuestras conversaciones, yo le decía que mi prioridad en cada contacto con otro ser humano era cuidar de su corazón.

"Y también cuidar el de uno", me dijo él.

Cuidar también el corazón de uno, resonó en mi mente.

Soltar es aflojar los puños, dar y hacer espacio.
Significa perder el miedo a quedarse con las manos vacías.

Pensé en cierto corazón que llevaba largo rato cargando entre mis manos con la delicadeza de quien acaricia un pajarito herido.
Y entendí que mis manos no son sitio para curar un ala.
Entendí que mis manos no son sitio para enmendar ningún corazón.





(...)´´ De eso se trata. De coincidir con gente que te haga ver cosas que tú no ves.
 Con gente que te enseñe a mirar con otros ojos. ´´



Benedetti.








*






Recuerdo que una noche mi padre me preguntó si sabía cuál era esa sustancia con la que amasamos las estrellas... 
"las lágrimas", 
me dijo; 
"cuando uno llora, las luces se ven como si las estuviésemos deformando".

Creo que las lágrimas son esa sustancia desconocida con la que moldeamos las estrellas. 
Después de entender esto nunca más se llora igual.










Trascendencia


Oh, 
do you remember 
when I told you 
that I'd love you 
to the bottom of the sea?...




Leí todos los libros que encontré buscando algo de verdad que me encendiera el alma. 
Algo que prendiera una llama, que avivara la carencia de sentido que tenía vivir en aquel momento.

Leí toda la filosofía que conocía, traté de entender de alguna manera aquellas teorías de física que definen el universo e incluso me acerqué a la sociología derivada de los Dioses griegos. 
Una dimensión banal y absurda de la existencia.

Lo juro, de verdad que lo intenté. 
En un empeño insalubre por distanciarme de la realidad que me rodeaba, atormentaba y acorralaba por las noches. 

Y como aquello no funcionó, carente de razón e interés, simplemente empecé a huir. 

No porque me apeteciera, no porque encontrara algún sentido o placer en ello, ni siquiera por mera lógica. Supongo que hubo un momento en el que me di cuenta de que todo aquello me anulaba completamente y no me permitía pensar.

De lo que poco que recuerdo, me recorrí todas las noches y las mañanas, me olvidé de las clases, de aquellos libros que no servían para nada, de la vida en general. 

Y entonces sucedió. Un ápice de gozo y deleite; una especie de gusto, de satisfacción. Complacencia, agrado, entusiasmo, incluso amenidad.
La crudeza moral que me daba regocijarme en la emoción de no sentir absolutamente nada.

No obstante, aquello no duró. No funcionó.
Coincidir con uno mismo es tan difícil... relativizar la situación, crecer. 

Finalmente resultó que aquello no me complacía en absoluto.

Y entonces desistí. 
Sin más; cansada, harta, exhausta. 
Comprendí que la realidad era más dura y prosaica que todo aquello. Supuse que el único camino posible era convertirme en algo muy parecido a lo que siempre había soñado ser. Desaprender lo impuesto, recordar todo aquello a lo que una vez renuncié, limpiarle el polvo, tratar de existir de tal forma que, si me hubiera contemplado aquella niña lejana que un día fui, hubiera podido sentirse orgullosa de verdad. Ser yo misma, justamente, significara lo que fuera esa puta mierda.

Y ya está.

Aquella etapa respondió a mi íntima y legítima necesidad de saber qué hago en el mundo y porqué soy cómo soy.

Posteriormente, me di cuenta de que nadie sabe realmente qué cojones pensar respecto a nada en ningún momento de su vida.

Y fue un alivio, por fin.

Cuestionar las certezas, mirar adentro, tratar de aprender del amor y especialmente del dolor.

El dolor es, simplemente, algo sórdido y terrible. No hay poesía para el dolor. Tampoco redención. Ni entendimiento. Ni dignidad alguna.
No hay absolutamente nada más en el dolor; salvo el propio dolor. 

Y hay que dejarlo fluir.

No os quiero alarmar, pero después de todo aquello, y cuando resulta que al fin te encuentras a ti mismo, el cuento es aún más desalentador. 

Pese a todo aquello, aprendí; 
No te rindas sin dar pelea.






Once you truly experience a spiritual bond that transcends physicality, 
you will always consciously or unconsciously seek bonds 
that are able to pierce into the deepest layers of your soul, 
and anything less just feels so frivolous.







martes, 13 de agosto de 2019

Ponte guapo, todos mis deseos llevan tu nombre.




- ¿Qué me estás queriendo decir?

+ Te quiero decir que no entiendo muy bien ni cómo ni desde cuándo ni porqué, pero te quiero. 

Supongo que para saber que quieres a alguien no hace falta saber ni cómo ni cuando ni porqué. Todo empezó una noche en la que me sonreíste. Pero yo me decía que no. Y poco a poco te miraba cuando te acercabas. Y cuando te ibas me quedaba un rato mirándote y por dentro deseaba que volvieras atrás y te despidieras con un beso. Hasta aquel momento en el que empezamos a hablar. Pienso que cuando una persona es capaz de transmitirte tanto con su tacto ha de significar algo, no sé muy bien qué, algo eterno.

A veces cualquier noche hace un milagro. 
El mundo es una gran mierda la mayor parte del tiempo pero aún hay sitios llenos de magia. 
Y cuando digo sitios me refiero a personas. 
No sé si me explico.


                            


En resumidas cuentas;
Ya te he hecho espacio en mi vida. 
Acomódate.

Te va a pasar la vida
y
yo seré
tu paz.







                                               


Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir
desborda el alma.

-Cortázar-







jueves, 8 de agosto de 2019

Ceci n'est pas une leçon



Madurar es aprender a separar 
una buena canción
de un mal recuerdo.







There are far 
better things ahead
than any we leave
behind.
*





*



Cuando dos cuerpos se rompen 
lo que suena es el recuerdo.





La magia existe,

es eso que hace

 la gente que te quiere

para verte feliz.













Hay cosas que deben ocurrir a tiempo.
Las lágrimas, los orgasmos 
y los finales,
por ejemplo.




El universo está hecho de historias.


Creo en los cafés, en el diálogo, creo en la dignidad de la persona, en la libertad. Siento nostalgia, casi ansiedad, me siento humana. Creo en tu mirada arrullándome a las tantas de la mañana, en la angustia, en la desesperación. Creo en la renuncia, en el sufrimiento del vivir. 
Siento paz en tu infierno, en el río que nos recorre en cada esquina pérdida. 
Me basta mirarte para saber que contigo me voy a empapar el alma, de sentimiento, de emoción. Observas y oyes, y tocas y sientes, y sufres y aprendes. Puedes coger mi mano porque prometo no echar a volar. No echar a volar ni echar a correr ni comerme el mundo. Abro los ojos, suaves, cálidos. Inspiro. Contra la respiración que trata de paralizar todas las articulaciones de mi cuerpo, camino. Temor al miedo. Y es que el miedo también deja resaca. 
Recuerda que entre tus pulmones 
me quedé dormida 
tantas vidas.
Sin querer.




Hacer el amor es labrar un cuerpo
y cosechar estrellas.






Lo bonito 
de algunos muros 
es que cuando los besas 
se desploman.







Mi foto
My madness keeps me sane.