Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


martes, 17 de marzo de 2015





 Ais. 
-







sábado, 14 de marzo de 2015

Grande Coelho.

Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores: 
el primero de ellos, con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos o quien cuide de ti cuando no puedas hacerlo por ti mismo. Esa persona con la que conseguirás la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella.

Pero también dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderás, tarde o temprano, para siempre. Alguien con quien naciste conectado, tan enganchado que las fuerzas de la química serán incapaces de explicárselo a la razón y te impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejarás de intentarlo. Te rendirás y acabarás buscando a esa otra persona que acabarás encontrando.

Pero te aseguro que no pasarás una sola noche sin necesitar otro beso suyo, un abrazo silencioso o tan siquiera discutir una vez más... sí, sabes de quién estoy hablando, porque mientras estabas leyendo esto te ha venido su nombre a la cabeza.

Te librarás de él o de ella, dejarás de sufrir, conseguirás encontrar la paz (la sustituirás por la mediocridad), pero te aseguro que no pasará un día en que no desees que estuviera aquí para perturbarte.
Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien a quien amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.


-Paulo Coelho- 








¿Por qué hacéis tanto ruido al vivir?

Necesitas límites mentales. Necesitas no esperar.
 No esperar nada. Nada de nadie. 
Necesitas no traficar con tu dolor. No taparlo, no expandirlo, no dejar que selle cicatrices en tu piel.
Necesitas algo de orgullo. Necesitas orden. Necesitas poesía. 
Poesía que calme toda esta desidia tirada por el suelo. 



 [–Olvídalo.
–¿Por qué?
–Porque nunca ha sucedido. Y no importa si podría, si desearías, si debería, si ojalá, si tal vez, o si quisieras. Lo importante es lo que suceda. Eso es lo que tienes que recordar. ]







jueves, 12 de marzo de 2015





Qué hacemos el día en el que no necesitemos a nadie para destrozarnos la vida.
 Decidme.








La crudeza moral que da callarte porque no merece ni la pena hablar.


-

Puedo decir que triste y circunstancialmente, el tiempo aleja a cada uno de su lugar. Madre mía, en quién me has convertido. Fantasma que va vagando por la irrealidad de los caminos.
Hoy he soñado contigo y me he levantado pensando que yo no existía. Tal cual. Le estoy explicando a mi cabeza que incluso lo eterno necesita alejarse un poco.
Y no sé, también te cansas. Te cansas de todo. De estar siempre sonriendo y de herir a todo aquel que te rodea. Te cansas de fingir que no es nada, que la vida sigue su curso y a ti no te importa una mierda lo que sucede alrededor. Te cansas del tiempo. Del tiempo que siempre avanza hacia delante y en el que sigues cometiendo los mismos fallos. Estoy agotada. Agotada del tiempo y sobretodo de mi misma.

Supongo que se necesita más valor para hacer feliz a alguien que para dejar que se vaya. La frágil diferencia entre quererse y dejar que te quieran.

Nada, sólo quería escribir que estoy harta de todo.
Que ojalá se pudiera vivir del aire.

Mira, no sé, cosas. Que a mi tampoco me importa lo que estoy diciendo.

 -






Lógico: sin ti no hay contigo.


A mi me disparas de frente. 







Es verdad que me está pasando algo. Y no sé lo que es.


Alejarse de la realidad para no sentir es como creer que conteniendo la respiración se te va el miedo a vivir. 
Y no.
El miedo a vivir está ahí,
y no se va.
¿Y si no se va qué coño quiere? 

-

[ Hay veces que sientes que se te está rompiendo el tiempo por no saber sujetarlo con las manos. Dices que mañana será otro día, que a partir de mañana sí.
Pero mañana ya es hoy y nos encontramos exactamente en el mismo lugar. ]



Aún no puedo contener esa suave caricia que ejercen las lágrimas en mis mejillas, cayendo una y otra y otra vez. Me acuerdo mucho de ti. Aún no he sabido dejarte atrás, y te echo muchísimo de menos. 
Echar de menos así como canalizar recuerdos así como morirse un poco más cada vez que apareces en mi mente. 

¿Y sabes? Duele mucho esto de morirse a ratos. 

Todo el mundo se queja de mis ideas desmesuradas y esa manía eterna de tratar de darle sentido a la existencia. 

Y tú nunca me dijiste nada parecido. 
Ya ves, creo que la gente que no piensa demasiado tiende a envejecer demasiado rápido. Y así estoy rodeada de gente, pero sin ti.
Sin ti en este mundo de mierda que apenas da para dos de felicidad seguidos.

Te mentí. 
Nunca he superado que te fueras. Nunca te hice caso y seguí comiendo chocolate a destajo. No sé muy bien si para castigarme por ser cruel con cualquiera que no lo mereciera o por mi mala y patética salud.

Nunca acepté el mal en el mundo, nunca supe hacerle frente al caos y aún no me sé cuidar sola.

Eso siempre me lo enseñaste tú. 

Bajo la fina capa de una desmesurada alegría de vivir arrastrabas siempre una pena. Yo también. Que ya no estás.

Y el mundo podrá ser la mayor bola de fuego candente del universo y podrá extinguirse el fracaso, la frustración y el desconsuelo que, si no están tus ojos limpiándome la tristeza y abrazándome fuerte en estos momentos, acabaré igual de derruida y deshecha que siempre.
Porque no estás. Y hace ya mucho que anhelo que vengas a salvarme, por muy terco que sea el impulso de que vengan a salvarte y no enfrentarte a la vida.

Me gustaba cuando tus ojos decían: ''No me gusta que estés triste cuando esta distancia no me deja abrazarte.''

Ya me conoces, fatalizo las situaciones.
Vivo y siento las cosas con una intensidad que podría mover montañas, no conozco el término medio, llevo las emociones a todos los extremos;
puedo amar hasta volverme loca o sentir total y absoluta indiferencia.

Cuando no puedo más huyo.


No sé estar solo triste.Yo me jodo, me atasco, me derrumbo, me autodestruyo, me destrozo.

Ésta historia que te cuento es como un grito.




Auxilio.

(Del lat. apathīa, y este del gr. ἀπάθεια).
1. f. Impasibilidad del ánimo.
2. f. Dejadez, indolencia, falta de vigor o energía.



Estar vivo implica sentirte a veces terriblemente solo. 











martes, 10 de marzo de 2015

Parece increíble lo mucho que te puede llegar a importar alguien.



Por suerte, el dolor no permanece todo el tiempo. 
Se transforma en odio y literatura.





A veces cerrar los ojos también cuenta como despedida.



- Te voy a querer mucho y te voy a tratar como una reina. 
Y te dejo aquí el cuchillo clavado para que te remates tú cuando te abandone. - 


Necesito




sábado, 7 de marzo de 2015

Sin duda evolucionar constituye una infidelidad.




                                    Algunas cosas no cambian. Hay cosas encerradas detrás de los muros que no pueden cambiar porque nadie las oye. Pero que si salieran de pronto y gritaran, llenarían el mundo.



- Lorca.




Va dove ti porta il cuore.




Nadie se sumerge en ninguna aventura esperando resultados mediocres. 
La gente, pese a tener un chasco nueve de cada diez veces, desea tener al menos una experiencia suprema, aunque sólo sea una vez. 
Y eso es lo que mueve el mundo.
 Eso es el arte, supongo.



TEATRO ES ILUSIÓN, 
TEATRO ES PROGRESO,
TEATRO ES VIDA.


Sinergicamente iguales.

A menudo pienso que la madrugada 
es la materia prima que revienta nuestra almas.

Entre tú y yo hay confianza. Sólo por eso. Y también por eso se nos acabó la suerte. 
Porque los descerebrados se juntan, es ley de vida. 
Porque las personas se atraen, alguien lo dijo así. Y se miran y se camuflan entre sonrisas y entre líos ininteligibles. Un bonito paseo. Agradable. Te llamaré. Y sino lo haces tú, ya me encargaré yo de encontrarte. Mira lo que haces con mi pulso. Y esa sonrisa que se aleja. Es una realidad. Casual. Abrumadora. Incierta. Que recubre los rincones de esa tela enmarañada y pegajosa que dejan los besos en la piel.


-




viernes, 6 de marzo de 2015

Soy.


Soy esa canción que siempre pones en el móvil, soy ese cuento del que ya sabes el final, soy tu recuerdo de verano, soy las noches en vela esperando tus mensajes, soy el viento que acaricia tu cara, soy aquel vestido en el suelo de tu cuarto, soy arena en tu playa, soy esa camiseta que ya no te pones, soy la luz que entra por tu ventana, soy tus ganas de todo, soy ese domingo sin hacer nada, soy ese tatuaje que no te has hecho, soy tus pequeñas mentiras, soy aquella noche a tu lado, soy yo, sí, soy yo, pero sin ti... 





Pensé entonces que, si tanto lo amo y tanto me amó, debía insistir, una vez, diez, cien, las veces que fueran necesarias; con los ojos abiertos, cerrados y llorosos; de pie, sentada o hincada. Y, cuando nada funcionó, tuve que dejarlo ir.















Lo que más me gusta de hacerme daño siguen siendo tus huellas.

 - Cuando era joven y mi imaginación no tenía límites, soñaba con cambiar el mundo. Según fui haciéndome mayor, pensé que no había modo de cambiar el mundo, así que me propuse un objetivo más modesto e intenté cambiar solo mi país. Pero con el tiempo me pareció también imposible. Cuando llegué a la vejez, me conformé con intentar cambiar a mi familia, a los más cercanos a mí. Pero tampoco conseguí casi nada. Ahora, en mi lecho de muerte, de repente he comprendido una cosa: Si hubiera empezado por intentar cambiarme a mí mismo, tal vez mi familia habría seguido mi ejemplo y habría cambiado, y con su inspiración y aliento quizá habría sido capaz de cambiar mi país y -quien sabe- tal vez incluso hubiera podido cambiar el mundo.- 



jueves, 5 de marzo de 2015



'Demasiada racionalidad no puede ser sana. 
Busca. 
Eso que late igual te enseña el camino.'





Mi foto
My madness keeps me sane.