Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


domingo, 25 de noviembre de 2012

Sentir y padecer.

La vida me debe algún silencio. Creo que en el fondo unos y otros nos vamos yendo lejos y nos vamos quedando ávidos y ansiosos de calor. Nunca pensé que aquellos días fueran a ser los mejores de mi vida y sin embargo ahora el cielo es plomizo y cae sobre mis ojos. Si que necesito de ti. Necesito de un ''ojalá vuelvas y permanezcas aquí más tiempo del que siempre estás''. Sonreír no cuesta tanto. O sí. Quizá si que estoy pidiendo demasiado, estando justo en el punto exacto necesario para destruirlo todo. Creo que en alguno de nuestros rincones sigues dejándome sola. Y así estoy. Increíblemente sola. Y llorando. Porque a tientas y en la oscuridad siempre estoy llorando. Incluso ahora. Y cada vez me gusta menos, porque no estás. E intentan cubrirte pero nadie lo consigue, porque lo que tú me das no me lo dará nadie. Y ya lo han intentando, pero jamás lo conseguirán. No te confundas, no quiero que lo hagan. Déjame explicarte que la vida a veces en su propio fin se reduce únicamente a su propia existencia. Mi corazón parece latir en muchas partes al mismo tiempo. Me cuesta coordinar todos los latidos desorbitados y caóticos que se entremezclan en mi garganta. Y has desaparecido. Cuando me acurruco y sujeto los suspiros que se escapan de mi boca, tú no estás. Cuando me hundo en mis lamentos y caigo al suelo lentamente, tú no estás. Cuando me escuecen los ojos y cada instante resbala por mi mejilla, tú no estás. El asedio de las dudas del alma. ¿De qué sirve querer que me veas tan segura cuando hay momentos en los que perdí el rumbo y no sé que caminos tomar? Digamos que no me asusta saltar al vacío, me asusta querer saltar al vacío. Que son diferentes vidas. Mismo argumento. Mismo final.


<Quiero pensar que a veces, aunque no te vea, paseas en silencio sobre mis comas y haces pequeños mis puntos y aparte para que no caiga sola al vacío mientras me hago la loca para que creas que me he perdido y verte así caminar de puntillas hacia ninguna parte en busca de algo a lo que aferrarte con fuerza para salir en mi búsqueda.
Quiero pensar que a veces me recuerdas en ratos perdidos rellenando tu tiempo de aquellas sonrisas que te dedico en silencio para no molestar, para no molestar aunque no estés aquí.
Quiero pensar que a veces eso y aquello otro de tenerte a mi lado, sin distancias, habría sido un sueño pintado de vida inagotable que podría haberte ofrecido en el momento en que quisieras cerrar los ojos y saltar al vacío para desaparecer de este mundo y encontrarte a ti mismo, y contigo yo a tu lado.
Y que fueras capaz de contarme sin temores ni dudas todo aquello que te pasa por la cabeza como si fuéramos niños pequeños colgados del tiempo que juegan a grabar sus iniciales en piedras de río para tirarlas al mar.
Quisiera pensar que estás a mi lado, que jamás te irás.> 

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Perderse en los 'quizás' es una buena forma de volverse loco.


Desde hoy creceré hasta que nací. 


Hay días que se llenan de suspiros que te hacen sentir algo más, entre tantas puertas cerradas. Ese pequeño aire que resbala entre tus dedos, que se posa sobre tu piel, que envuelve tu voz. Resulta que tan siquiera eres capaz de leer sus palabras en orden sin agarrarte el corazón entre las costillas. Porque a veces la vida no es tan mágica ni tan sencilla como nos cuentan. En ocasiones la vida rasguña con sus garras afiladas y no queda más remedio que ponerse cualquier venda que encuentras por la calle y seguir caminando. Somos total, absoluta e irracionalmente dependientes de cualquiera que nos rodee. Y por defecto esta tremenda carga se hace incomprensible. A veces sólo existe esa pequeña luz que va alumbrándote poquito a poco el camino y hace que consigas llegar a algún sitio, nadie sabe cual. Te doy mi palabra aunque vale muy poco. No se puede empezar de nuevo lo que lleva tanto tiempo entre tus venas, en tu sangre. De acuerdo. Nada de ceros, nada de reproches, nuevos estilos de amoldar vidas, nuevas formas de sentir que nos tenemos, así en la oscuridad y cuando la noche cae. No estoy fingiendo. Esto es para siempre. ¿Y cuanto dura un hasta siempre? En este preciso instante ya duramos hasta siempre. La infinitud de lo que siente una persona por otra, eso es un hasta siempre, dure lo que dure. Creer y reinventarse. Creer en el otro, despacio y a la vez con agresividad. Mira que me has invadido poco a poco... Yo, que me creía resistente contra eso que ahora causas. Invadiendo, terminando entre anhelos y renglones, entre mis ventrículos laterales y un poquito en los cardíacos. ¿Cómo lo logras? ¿Cómo eres capaz de eso? ¿Cómo te mantienes en vida hasta en mis sueños? Hay cosas que aparecen de pronto y una vez las tomas, son tuyas para siempre. Otras funcionan al revés; han estado contigo en todo momento y en un instante, quizá cuando más las necesitabas, se van para no regresar. Esas han de ser tus dudas. Con paciencia; con la mía, con la tuya, con un 'nosotros' que cada vez es más caótico e irrefrenable. Con un 'nosotros' que va dejando pistas y señales por todos los poros de mi piel. Abrazos perfectos a la hora exacta, eso quiero. Aprenderás a quererte. Y también me querrás a mi, con algo de esfuerzo. Ya sabes, nos separaban paredes y seguíamos dándonos la mano. Yo no buscaba tu olor entre las sábanas, lo buscaba en mi piel. Vuelve a mi.
Hazme elegir, demuéstrame que siempre acaba pasándome algo, que sí, otra vez, llámame guapa aunque me despeines, aunque me sonroje, aunque mi risa sea nerviosa y no de madrugada en calma. Pierde más autobuses, di que te gusta mi pelo, mis besos, mi falda, los sitios donde nos comemos. Pide otra vez que se pare el tiempo, que no acabe nunca esta noche. Ríete cuando me tiemblen las piernas, cuando me falle la voz, cuando me entre el miedo pero no se me ocurra ni por un momento salir huyendo. Acuérdate de mí, sácame de dudas, hazme comer chocolate a cucharadas, acaríciame la espalda con un dedo.
Y por favor,
quítame esta mirada. Esta ropa. Esta vida.

''Te quiero, del verbo no habría noches sin ti porque tu presencia regala la calma que la luna necesita para brillar con fuerza y convertir así la noche en día. (...)
Te quiero, del verbo por esto quiero apostar.''





martes, 13 de noviembre de 2012

Entre mi café y tu cuento.

Qué estarás haciendo hoy.
Dime sólo que estas bien.
Esos viajes que se describen por doquier en todos los escaparates de las tiendas. Mundos distintos. Yo sólo puedo decir que a mi me han cambiado la vida. Cada lugar y cada uno de sus rincones se han fundido en mi mente y me han hecho abrir los ojos. Cuando vagas por las calles te das cuenta de lo que pequeño y frívolo que es el hombre. Jamás podría haber imaginado cuanto daño hace un simple gesto. Unas simples letras. Un simple paseo por las calles de Granada. Esa noche quizá fuera la peor de mi vida. Nunca antes me había roto de la misma forma. Así de profundo, así debajo de las sabanas deshaciéndome suavemente, así de cruel. ¿Y todo para qué? Quise contarte la historia más bonita del mundo, pero tú que te empeñas en dibujar otras cosas. Pesadillas, por ejemplo, que te divierten más. Creo que se ha roto la cadena que ataba el reloj a las horas. Por todos esos momentos en los que venías por detrás y me abrazabas. Por esos momentos que se quedan detrás. Nada de nada; eso nos queda. A esta noche le faltan dos velas que iluminen la cama de la que un día te fuiste. Esta noche me sabe a cenizas. Esta noche no quiere te quieros. He aprendido que esos pequeños detalles no siempre valen. Quise apoderarme de tu energía. Cada instante que yo he pasado alrededor de alguien especial se ha convertido en una foto que por las noches vela mis sueños. Lo que más me fascinó de aquella cama y de aquella historia fueron tus ojos que me miraban como si se comieran el aire que flotaba entre los dos. Y sigue habiendo aire, pero ya no están esos ojos que devoran el mundo. Lo único que me quedan son esas noches que me atizan. Y yo ya no tengo más cartas para jugar. Se acabaron. 

Ser pequeñita a veces no me gusta tanto. Te pisan todo el rato.




sábado, 10 de noviembre de 2012

Tardes con olor a tierra mojada.

He vuelto.
Prometo despedirme siempre 
con buena música.

Mi foto
My madness keeps me sane.