Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


jueves, 12 de septiembre de 2013

Angustia.

Me borro esta línea negra de los ojos porque hoy ya se ha hecho demasiado tarde para sentirse bien. Y literalmente son las cuatro de la mañana. Me acompaña esta melodía que traspasa mis tímpanos y bloquea mi mente con cada nota que apenas sé reconocer. De esos días que comienzan bien y no se sabe porqué no llegan a terminar. Ni siquiera siendo las tantas de la madrugada. Delante mía tengo cuatrocientos millones de temas emborronados en papeles llenos de tinta que no me sé. Ante mi la misma pregunta una y otra vez; ¿Tanto vale un puto folio?
Tu futuro. 
Desde los cinco años me apresa un lazo invisible atado al cuello que siempre me ha dado liberación. Ser libre de elegir lo que estudiar, con quien ir, qué ser, como caminar sola ante el peligro... hasta que llegan estos instantes de duda en los que te invade la desesperación. Nunca me ha gustado decepcionar a nadie. Y es bonito aquello de 'lo que tenga que salir, saldrá...' . Tan bonito que llevo toda la vida sin creérmelo.
Porque digan lo que digan diecinueve años andando tras el éxito a veces te asfixia.
Y lo mejor es que yo me ato aún más la soga al cuello.
A dos días de poderme alzar y veo que no puedo más. Sé perfectamente que es algo transitorio. Y no me gusta esta sensación de estar enrabietada con todo aquel que gira a mi alrededor. Pido perdón por ello. ¿Puede ser justo ahora alguna noche de esas en la que duermes conmigo?
Quería pedirte que no te fueras con la mirada. Pero no.
En ocasiones lo mejor es plantarse ante un espejo y decirse cuatro cosas mal dichas.
No quiero culparme por exigirme tanto pero el agua pronto me va a empezar a ahogar.
Estereotipos. Patrón de conducta. Destacar. Cómo conseguir lo que quieres y no despedazarte en el intento. Cómo contentar a todo el mundo. Cómo estar segura de que tu padre duerme por las noches sabiendo que tiene una hija maravillosa y fantástica.
Cuando no es verdad.
Toda la vida sin eludir ni una responsabilidad.
Y claro, cuando las quieres echar las tienes todas encima y ya nada evita que todo el mundo espere que seas lo mejor.
Pero lo mejor no existe. Ni siquiera para ti.

'Eres capaz de hacer grandes cosas.' resuena en mi cabeza. ¿Qué pasa si no me apetece hacer grandes cosas? ¿Qué sucede si prefiero tirarme en cualquier parte a preguntarme porqué existo?
No es hora de decidir. Tú ya sabes lo que tienes que hacer.
Hay gente que espera toda su vida para intentar lo que tú ya tienes entre las manos. Un sueño. ¿Qué coño haces tú perdiendo el tiempo aquí?
Ya se sabe, el mundo no es una fábrica de conceder deseos.

Creo que hoy me han dado las tantas y simplemente tenía ganas de llorar. No te lo tomes como algo personal. A veces no me entiendo ni yo.







El sonido del silencio.

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My madness keeps me sane.