Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


martes, 16 de septiembre de 2014

De mis sueños vienen esas pesadillas.




Una montaña de arena en mitad de guerra y destrucción. Pequeñita. Y al lado un ruido atroz y ensordecedor que me persiguió horas y horas. 
No sé, algo muy parecido a tu voz gritándome fuerte que ya no me necesitas. No sé, muy cruel.
He soñado que el mundo empezaba a acabarse y entre mil personas allí estabas tú. Tú como siempre que has venido a revolverme y a enredarme en tus ausencias. 
Y tiemblo.

Creo que la vida es más que un pozo sin fondo y, sin embargo, estos sueños. A veces nos anclamos en no querer salir de ahí, como de esos sueños. Y nos ahogamos, comenzamos a asfixiarnos, nos falta el aire, nuestra sangre se estanca, se nos congelan las extremidades y es imposible moverse. No sé, hoy he soñado que entre tanta mierda, tanta destrucción e hipocresía y tanto caos en el mundo allí, allí estabas tú.

Y vaya putada.

Venías y me abrazabas por detrás como solías hacer y me decías: 'Te he echado de menos'. 
En secreto, como antes.
Así de literal y así de clavarse en mi pecho y empezar a temblar. 

Y se me ha caído el sueño, y al abrir los ojos el despertar, y la vida si cabe, al recordarte así. 

No sé, quizá muera matándote a palabras.

No sé, ahora que está claro que ninguno de los dos fue tan valiente,
me marcho.
Y no se me ocurre decir ni una sola palabra.

Hay sueños que sólo me traen pesadillas.


Siempre pensaré que te encontró mi estrella de la buena suerte.









No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi foto
My madness keeps me sane.