Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


miércoles, 14 de noviembre de 2012

Perderse en los 'quizás' es una buena forma de volverse loco.


Desde hoy creceré hasta que nací. 


Hay días que se llenan de suspiros que te hacen sentir algo más, entre tantas puertas cerradas. Ese pequeño aire que resbala entre tus dedos, que se posa sobre tu piel, que envuelve tu voz. Resulta que tan siquiera eres capaz de leer sus palabras en orden sin agarrarte el corazón entre las costillas. Porque a veces la vida no es tan mágica ni tan sencilla como nos cuentan. En ocasiones la vida rasguña con sus garras afiladas y no queda más remedio que ponerse cualquier venda que encuentras por la calle y seguir caminando. Somos total, absoluta e irracionalmente dependientes de cualquiera que nos rodee. Y por defecto esta tremenda carga se hace incomprensible. A veces sólo existe esa pequeña luz que va alumbrándote poquito a poco el camino y hace que consigas llegar a algún sitio, nadie sabe cual. Te doy mi palabra aunque vale muy poco. No se puede empezar de nuevo lo que lleva tanto tiempo entre tus venas, en tu sangre. De acuerdo. Nada de ceros, nada de reproches, nuevos estilos de amoldar vidas, nuevas formas de sentir que nos tenemos, así en la oscuridad y cuando la noche cae. No estoy fingiendo. Esto es para siempre. ¿Y cuanto dura un hasta siempre? En este preciso instante ya duramos hasta siempre. La infinitud de lo que siente una persona por otra, eso es un hasta siempre, dure lo que dure. Creer y reinventarse. Creer en el otro, despacio y a la vez con agresividad. Mira que me has invadido poco a poco... Yo, que me creía resistente contra eso que ahora causas. Invadiendo, terminando entre anhelos y renglones, entre mis ventrículos laterales y un poquito en los cardíacos. ¿Cómo lo logras? ¿Cómo eres capaz de eso? ¿Cómo te mantienes en vida hasta en mis sueños? Hay cosas que aparecen de pronto y una vez las tomas, son tuyas para siempre. Otras funcionan al revés; han estado contigo en todo momento y en un instante, quizá cuando más las necesitabas, se van para no regresar. Esas han de ser tus dudas. Con paciencia; con la mía, con la tuya, con un 'nosotros' que cada vez es más caótico e irrefrenable. Con un 'nosotros' que va dejando pistas y señales por todos los poros de mi piel. Abrazos perfectos a la hora exacta, eso quiero. Aprenderás a quererte. Y también me querrás a mi, con algo de esfuerzo. Ya sabes, nos separaban paredes y seguíamos dándonos la mano. Yo no buscaba tu olor entre las sábanas, lo buscaba en mi piel. Vuelve a mi.
Hazme elegir, demuéstrame que siempre acaba pasándome algo, que sí, otra vez, llámame guapa aunque me despeines, aunque me sonroje, aunque mi risa sea nerviosa y no de madrugada en calma. Pierde más autobuses, di que te gusta mi pelo, mis besos, mi falda, los sitios donde nos comemos. Pide otra vez que se pare el tiempo, que no acabe nunca esta noche. Ríete cuando me tiemblen las piernas, cuando me falle la voz, cuando me entre el miedo pero no se me ocurra ni por un momento salir huyendo. Acuérdate de mí, sácame de dudas, hazme comer chocolate a cucharadas, acaríciame la espalda con un dedo.
Y por favor,
quítame esta mirada. Esta ropa. Esta vida.

''Te quiero, del verbo no habría noches sin ti porque tu presencia regala la calma que la luna necesita para brillar con fuerza y convertir así la noche en día. (...)
Te quiero, del verbo por esto quiero apostar.''





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi foto
My madness keeps me sane.