Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


miércoles, 26 de junio de 2013

You're my experience.

Y sucede que a veces la vida vuelve a ser algo maravilloso. No sé muy bien como explicarme, es de estas cosas que se perciben en el pecho, cerca del corazón, bien hondo. Mil siglos hacía que no que no me sentía así, rodeada de tantas risas, de esta complicidad, de la calidez de unas manos. Tu mirada detrás, abrazándome. Y yo queriéndola. Algo más de aliento en mi piel.
¿Donde has estado todo este tiempo?
Ah, ahí estás. Te he estado buscando.
Sucede que, sin embargo, todo lo malo y lo irremediable se queda atrás. Y desaparece. Y despega hasta un mundo lejano que no volverás a pisar. Y se cierra con tanta fuerza que se encarcela, para no liberarse más. Eso es bonito. Volver a resurgir. Volver a mirar a alguien con la magia que se otorgan dos personas, en silencio. Volver a vibrar. Volver a sentir. Volver a soñar.
Quise estar sola pero ahora sé que mi alma te estaba esperando a ti. Curioso, ¿verdad? Qué ingenuos somos presos de la ignorancia. Ávidos del tiempo que corre tras nuestros pasos.
Sin duda alguna, los míos junto a los tuyos. 
Sucede que no puedes dejar de sonreír y eso antes se te hacía un gran mundo.
Sucede que te miras al espejo y sabes quien eres, sólo por ti.
Sucede que, así sin más, y sólo por ti,  mi mundo es más bonito. Y más grande. Inmensamente grande, ya sabes, han de caber todas tus miradas, tus risas, y tus sandeces.
Voy a pasarme la noche pensando en ti. Y la vida, toda nuestra vida también.


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My madness keeps me sane.