Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


viernes, 9 de agosto de 2013

Nuestros 4 días de rigor.


No renunciaré a mis sueños. Me enseñaste tú el secreto. Creer. ¿Como hacía yo para escribir tan jodidamente así? Es poder bañarme en la pureza de tu mirada. En tus ojos sólo puedo tener paz. Háblame aunque ya estés lejos. Nos dijimos hasta luego y quizá no recordaba cuan tristes eran esas situaciones. No querer separarse de alguien, como si de un sueño se tratara. Quién me iba a decir a mi. Esa belleza entre tus ojos y mis ojos. Dentro de mi he construido un pequeño rinconcito con cuatro paredes de corcho en las que habitan todos los recuerdos que me vas dando con cada uno de tus besos. No necesito poner ladrillos ni nada, confío en ti. Sé que no vas a tirarlas por muy frágiles que sean. Y vuelvo a respirar profundo.
'Quiero que sepas que si tú me fallas no podré confiar en nadie más'. Hay momentos en los que todo fluye. Bendita proposición mía. Ese mechero azul y naranja, como tanto te gusta a ti.
De amor también se puede vivir. Éstas ganas de vivirte. Y de comerte. Permanentes. Poder ser sustento de tu aliento entrecortado, de tus manos. Ternura. 
Átame, 
no te dejes ir.

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My madness keeps me sane.