Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


jueves, 14 de noviembre de 2013

Entre tú y yo la música es perfecta.

Contar cuantos minutos me separan de tu lado.

Te quiero porque me arropas por las noches y no dejas que pase frío.
Te quiero porque me besas la frente cuando me poso en tus ojos. Y parece el gesto más puro que me regalas ésta noche. Y yo me derrito un poquito más. Como si me marcaras con un pincel invisible de esa dulzura que desborda cada poro de tu piel.
Te quiero porque recuerdo la primera noche que te besé y esa rosa que me regalaste. Y se me revuelven mariposas en el estómago algo roto, ya sabes.
Te quiero porque cuando me rozas haces magia, sin varita ni nada, sólo con las yemas de tus dedos.
Te quiero porque la vida es más sana desde que estoy contigo. Porque me has enseñado a esperar lo mejor y a ser la mejor versión de mi misma. Porque no sabía que existías y ahora sólo quiero que te quedes.
Te quiero porque dejaste de ser un capricho el mismo día que empecé a echar de menos tu voz. Porque me hablas de ti. Porque no inventas, porque no mientes, no dañas.
Te quiero porque el tiempo que pasamos abrazados nos reímos del mundo. Le damos mil vueltas al tiempo y revolvemos mi habitación.
Te quiero porque te da pena irte a las seis y media de la mañana. Y aún así me besas.
Te quiero porque ante todo puedo hablarte con claridad, y eso me tranquiliza. Porque te gusta hablarme de amor, con los labios.
Te quiero porque hemos creado horarios nuevos de comer a las cinco de la tarde y cenar a las tantas. Porque me has hecho ser otra persona. Otra persona mejor. Más viva. Y eso no lo había hecho nadie.





Decirte que ésta vida, sin tus besos, no la quiero.







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My madness keeps me sane.