Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


jueves, 30 de enero de 2014

Siempre queda el camino, que te late por dentro.

Y yo que sé. Hay días que no sirven para nada y últimamente podría hacer una lista.
Supongo que es la época, que todo pasará, que tengo que mirar las cosas de otra manera, tener filosofía de vida... y tal y cual. Pero yo que sé. Hay canciones que siempre me han emocionado y justo en este instante me trasmiten muy poco. Eso no me había pasado nunca, y es porque estoy destrozada.
Destrozada pero no destruida. Frustrada.
¿Quién hizo un infierno del paraíso?
Me persigue la nostalgia. No sé como desprenderme de ella para vivir tranquila y aún no he aprendido. Sospecho que nunca aprenderé. Al menos he aprendido algo valioso: es imposible desprenderse de las nostalgias porque es imposible desprenderse de la memoria. Para estar vivo tienes que matar tus pensamientos. ¿Porqué esa necesidad incesante de no caerse? Me caigo día a día y aún no he conseguido remontar.
Ando uniendo piezas de un puzzle infinito y ya sabe, yo no tengo mucha paciencia. ¿Porqué siempre igual? Yo que sé, vaya cansancio que arrastro. Lo peor es que no sirve para nada dormir. Últimamente rehuyo mucho de ello, aunque no pueda evitarlo. Y no sé exactamente porqué lo evito cuando la realidad es aún peor.
Quizá sólo haya que darle un empujoncito a la suerte en la dirección adecuada. No sé, me siento débil. Vacía. Aterrorizada. Ante mi se abren miles de caminos y parece ser cierto eso de que elegir una opción implica deshacerse de todas las que quedan por venir. Y a veces vienen otras muy buenas.
Romper. Romper con todo y contigo misma. Dejar atrás lo demás. Dejarte atrás a ti misma. Somos muy de no saber dónde levantarnos vivos. A veces mantengo conversaciones conmigo misma que acaban en ese incómodo silencio. Y silencio. A veces cerrar los ojos también cuenta como despedida. Y como silencio. Supongo que si tienes miedo de hacer la pregunta es porque ya sabes la respuesta.
Una buena amiga me enseñó que, a veces, irte sin que te echen es una gran idea. Tiene razón.
Me voy de mi misma. Como eso de 'paren el mundo, que yo me bajo aquí.'
Cuando llueve, así como va a llover ahora, es cuando no puedo estar sin ti. Si tú no estás aquí no sé...
De alguna manera pido perdón o indulgencia. Y yo que sé. Hay días que empiezan brillando y luego se tornan grisáceos.
Siempre estaré aquí si es lo que quieres. Empiezo a necesitarte, algo empiezas a hacer bien y por contra yo llevo mil años haciendo cosas mal.
Tener miedo significa que tienes algo bueno que perder. O eso dicen, aunque yo nunca me haya creído todo lo que se dice por ahí. Supongo que me falta sueño.
Y no es matemática, pero abrazar siempre ha sido una buena fórmula para despejar las dudas. Pero sin embargo tú. Un cielo sin estrellas esta vez. Tampoco vamos a hacer un drama de todo esto.





1 comentario:

  1. "Para estar vivo tienes que matar tus pensamientos." No entiendo el significado de esta frase y seguramente tampoco del texto en general. Aún teniendo esto en cuenta, estoy en desacuerdo completamente con ello, todo lo que piensas es tu vida, forma parte de ti y nos guste o no somos un poco títeres de los pensamientos propios o ajenos.

    Veo mucha frustración y cansancio en ti, no sé de que tienes nostalgia ni porqué te sientes así, aunque sí se una algo. Si quieres dejar de sentirte así solo tú puedes conseguirlo, solo cuando realmente quieras hacerlo sabrás como actuar, dirás "hasta aquí" y todo irá mejor. Que aunque la vida no sea un camino de rosas no todo está perdido, el universo seguirá adelante y tú detrás de él.

    Hasta entonces, buenas noches, mañana será un buen día.

    ResponderEliminar

Mi foto
My madness keeps me sane.