Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


sábado, 3 de enero de 2015

Bienvenidos seáis.





No ha sido un buen año, -sin más- es difícil de explicar. Nadie en su sano juicio podría hacerme un resumen categórico con sus argumentos y todo de porqué no debería decirlo.
Que conste, tengo esperanza. 
Aún siendo una fábrica de mocos y con un trancazo de nivel diez, quiero creer que las cosas van a mejorar. Como he mejorado yo. 

Las palabras en una carta son la mejor forma de comenzar todo de nuevo. Y quiero que me escribas. He dejado de darle tanta importancia a simplezas y he empezado a vislumbrar el camino de vida que se bifurca ante mis ojos. 
Hay que elegir, así como siempre, inconsciente todo.
¿Y lo consciente qué? He tenido largos momentos de reflexión personal. Muchos.
Aún no sé si habré acertado.

He cambiado, he aprendido mucho, he sufrido más. Todo a base de palos. Es decir, quizá sea así como se aprenda mejor, aunque duela.

Me han hecho mucho daño, me he vuelto más fría con el mundo.

He conocido a gente maravillosa que me ha hecho sentirme plena y dos segundos después derruida. He dejado a muchos atrás y han venido algunos a sacarme sonrisas. Está claro que han sido menos. Me he dado cuenta de que la gente que no te merece se va, aunque tarde. He aprendido a reconocer a alguien que te abraza de verdad. Y no puedo negarlo, ahí están mis amigos de siempre, intocables, inquebrantables, quienes llenan de alegría todo lo que tocan y descorchan el año con sus risas y sus abrazos. Brindo por un deseo cumplido para cada uno de ellos.

Entre vivencias, he tenido grandes disputas con mucha gente y no he sabido reaccionar bien ante muchas. He aceptado muchos reproches. La he cagado en muchas ocasiones terriblemente. He discutido muchas veces con mi pareja. Alguna vez he necesitado estar sola muchos días. He madurado, aunque suene tópico. He comprendido lo que vale la vida. Lo que vale el querer, lo que vale el que te quieran por lo que eres y no por lo que quieren que seas.

Me he hundido en lo más profundo de mi. Me han hundido más aún.

También he reído. Mucho. He llorado más. He sentido la desesperación que da que alguien trate de olvidarte. He pasado muchas noches sola, he discutido mucho con mi madre. He descubierto canciones nuevas, destinos nuevos e ilusiones nuevas. He descubierto muchas estrellas en el cielo.

He aprendido a -mal- gestionar mis emociones, a captar mis sensaciones, he crecido como persona, como amiga y como desastre. He olvidado llaves, dinero, fotos e incluso ropa en cualquier sitio. Me he reído después.

Me han cambiado la vida. He luchado contra mis fantasmas y me han vencido más de una vez. Me he prohibido comer chocolate más de una vez. He puesto muchas inyecciones. Me he hecho amiga de una enfermera loca. He empezado a estudiar alemán. Me he dado cuenta de que soy una persona inaguantable. He aprendido Mindfullness. Me han podido siempre las ganas de cambiar el mundo. He logrado aceptar algunas facetas de mi personalidad. Me he cortado el pelo.

Ya no soy la niñata egocéntrica de siempre,
creo que

ahora soy mucho peor.

Mis mejores deseos para todxs.




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My madness keeps me sane.