Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


viernes, 10 de abril de 2015

tantas, tantas cosas.

Y, después de una pausa:
- Es un dolor extraño.

En voz baja.
- Morir de nostalgia por algo que no vivirás jamás.


Escribo a las tres de la mañana un diez de Abril un cuento muerto que a veces prende fuego en mi cabeza. Y -en lo poco que queda- del corazón. No duermo, porque se me asfixia el alma.
Tú aquí, resonando de una forma tan ensordecedora que asusta.
Sabes que me he tirado tantas veces al vacío que no me importa vivir desencajada. Desencajada del mundo, de la vida, del recuerdo, del dolor que me atrapa las entrañas a veces.
Y entonces el mundo se queda pequeño. Y tras los seis mil millones de personas que lo habitan no existe nadie que corra a darme un abrazo cuando empiezo a llorar a éstas 3 de la mañana de un diez de Abril en este rincón frío e insólito del que no quiero salir .
Aquí sólo hay una canción, 52 páginas de recuerdos y un océano de lagrimas que lo inunda todo. El cielo ha caído; se muere, se parte.
No sé, también pienso que si algún día lloro todo el rencor y el asco que me queda dentro no debiera volver a sentirme así; marchita, apagada, afligida.
Pero aún no, aún me quedan cicatrices ardientes, sangrantes, y ya he intentado taparlas con toda la paja habida en el universo y aún no hay nada qué hacer.
No me di ni cuenta,
Me drogaste con promesas.

<<  [...] quisiera haber dicho esto en algún momento -en ese momento, el justo- de mi vida. Lo deseo tan fervorosamente que arden las palmas de mis manos y mis dientes se presionan entre sí con tanta fuerza que podrían pulverizarse, estallarme dentro de la boca, esta misma boca que fue violada por tu lengua -vil y mentirosa. Ojala tuviera un control remoto para volver al fragmento de mi pasado en el que esta frase calza a la perfección, para entonces decirla -decírtela- ¿decírtela? ¡escupirla!, pegar un portazo violento e irme aliviada, nuevamente viva debido al grito.

Porque existe esa verdad: el amor es un robo / robamos y nos roban ¡Cómo pude darme cuenta así de tarde!; debería habértelo dicho ese día, pero no sé ni de qué día me/te habló. Eso sentía. Esto sentía. Es la verdad,- fue nuestra verdad -una desgraciada la mentira que nos hizo de máscara. [...]




amén. >>








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My madness keeps me sane.