Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


sábado, 12 de marzo de 2011

Con el tiempo, uno aprende

-Sí tío, el tuyo es un buen padre. Siempre que lo veo lleva una sonrisa en la boca y pretende hacer que todos se sientan bien. Aunque es tu padre a mí me enseñó a ser fuerte y a que las cosas del presente repercutirán en el futuro. Es una persona que te escucha y aunque no esté de acuerdo, es capaz de encajar los errores, sin embargo mi padre no es así. Anda siempre quejándose de todo y nunca le gusta nada. Intento estar bien con él y hacerle ver que la vida es bonita pero se empeña en observar únicamente los malos momentos y lanzar odio a los demás, aunque en el fondo yo sé que no lo hace con mala intención.
-Quizá debas hablar seriamente con él.
-No. No es como tú, no es una persona con la que se pueda hablar, a veces, en raras ocasiones, trata de aparentar que no usará lo que le cuente para echármelo en cara después, pero no es así. Después viene y te escupe todo lo que tú le has dicho y te hace polvo. Yo creo que duele más porque es tu padre. Porque a la familia no la puedes elegir, es algo que ya está ahí. Pero, ¿sabes? lo que no sospecha es que cuando yo me vaya se quedará solo.
-Bueno, todavía tiene a tus hermanas.
-Mis hermanas apenas hablan con él, ellas siempre están en casa, cada una a su asunto, sin prestar mayor atención a la vida familiar. Ellas si que ignoran lo que pasa y no yo. Yo solo quiero que cambie de mentalidad, que salga a la calle y no busque el porqué de haber salido, que se levante y se alegre de respirar aire puro y que cuando yo me sienta mal venga y me pregunte qué me pasa.
-¿Nunca te pregunta que te pasa?
-A veces me pregunta e intenta fingir que de verdad entenderá lo que le cuento, pero eso no pasa nunca porque yo nunca le cuento nada. Porque es de estas personas de las que sabes que no puedes confiar, aunque sea tu padre. Yo lo quiero muchísimo pero ni siquiera concibo la idea de, por ejemplo, decirle que me siento vacío, porque automáticamente dirá que soy un crío que aún sabe lo que es la vida y que solamente tengo tonterías en la cabeza.
-Vaya, supongo que debes intentar estar bien y no preocuparte.
-No es preocupación, sino resignación, y una impotencia extraña que te recorre el cuerpo cuando sabes que no puedes hacer nada para cambiarlo y que seguirá así hasta que sienta la soledad en su piel.
-¿Te irás?
-No lo sé, aunque no lo creas soy un cobarde. Sé que me hace trizas pero también sé que nunca podré odiarle, porque es mi padre. Lo único que deseo es no ser como él, y lo intentaré, lo intentaré con todas mis fuerzas.
Alex me abrazó y no me permitió hablar más, porque llevaba un rato llorando.
-Deja de torturarte y cierra los ojos. En este momento necesitas descansar.
"Una de las cosas que se aprende con el tiempo es la resignación, el sentido de la renuncia, la aceptación de lo inevitable."

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My madness keeps me sane.