Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


viernes, 26 de agosto de 2011

Adicta era y en enferma se convirtió.

A menudo los labios más urgentes no tienen prisa dos besos después.
Y en ese momento le ves, y sonríes, y le miras, y pasas cerca y te roza con el brazo casualmente, y nadie más lo ve, pero tu piel se pone de gallina y en la cara se te coloca una sonrisa de esas imbéciles que sólo sabe sacarte él. Sin embargo, al pasar y reconocer su olor te vuelves loca del todo, y al darte la vuelta para decir algo sólo se te ocurre un ''encantada de haber coincidido contigo en esta vida'', al tiempo que tu corazón lucha por no salirse de tu pecho y entonces tus dedos comienzan a temblar. Yo creo que es debido a esa magia que sólo se puede entrever en el ambiente, debido a esa magia tan singular que derrocha en cada uno de sus latidos.
Hoy tus labios tenían algo especial, como una droga, 
difícil desintoxicarse cuando has perdido totalmente el juicio.

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My madness keeps me sane.