Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


sábado, 10 de diciembre de 2011

Si tú no estás aquí

Él no lo sabía pero yo le eché mucho de menos. Jamás lo había echado tanto de menos. Incluso me faltaba el aire. Cuando caminaba por la calle a duras penas podía levantar la cabeza y las noches eran horribles. Supongo que él no lo sabía pero me destrocé a pedazos, a cachitos pequeños que iban marcando el camino que seguía en esos días, tan vacíos. Mi alma tiritaba, pero nadie lo sabía. Derramaba mis sueños entre recuerdos y no lograba encerrarlos en alguna inútil caja de cartón. Sólo quería que no salieran de ahí nunca más. Hubo momentos en los que tenía que taparme los ojos para poder respirar. Agonizaba en sueños, antes de que fueran pesadillas. Tuve miedo y rogué para no pronunciar esas palabras. Esperé horas mientras se fundía la luna con mi desesperación. Se anudaron mis ilusiones y se tiñeron de crueldad. Él no lo sabía pero yo le lloré muchas horas. También me perdí, en las calles, entre las personas, entre las astillas que dejaban heridos mis delirios. Fueron días duros, el sol oculto entre las nubes lloraba por tu perdón.

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My madness keeps me sane.