Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


miércoles, 7 de marzo de 2012

Enamorarse un poco más de la cuenta era una mala inversión

Hoy el día sabe a brisa y a cortitos rayos de sol. Dan ganas de algo frío y algunas risas en el balcón… o tal vez chocolate; sí, como ese que solías cocinar de vez en cuando. El jazmín, aunque no lo creas, ya está en flor… huele dulce, como esas caricias expectantes que todavía no llegan. Cierro los ojos, pero no estás. Bueno, mis huesos se acostumbraron a la falta de tu presencia. Mis pestañas se sienten cálidas y el silencio de las cinco de la mañana ayuda a liberar tensiones ¿Seguro que no eres tú quien me masajea por detrás? Ah no, perdón, eran las notas perdidas de la guitarra que sonaba anoche y todavía revolotean en las paredes de los edificios y suben por mi espalda. Cierro los ojos, pero no estás… ¿O es que te escurres entre el colador de nubes y restos de sol? Sí, debe ser eso… todavía te escabulles para visitarme y tomar el té.

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My madness keeps me sane.