Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


domingo, 23 de marzo de 2014

El maravilloso mundo de la amnesia provocada.

Sólo cuando transgredo alguna orden 
el futuro se vuelve respirable. 

Un jarro de agua fría en la cara y luego la suave brisa del atardecer. Como las olas que se van meciendo y luego mojan los dedos de tus pies cuando te sientas frente al mar. Mi cielo es eso, tu mar. Puedo decir que triste y circunstancialmente, el tiempo aleja a cada uno de su lugar. Madre mía, en quién me has convertido. Fantasma que va vagando por la irrealidad de los caminos. Hoy he soñado contigo y me he levantado pensando que yo no existía. Tal cual. Le estoy explicando a mi cabeza que incluso lo eterno necesita alejarse un poco. De esa arena del mar que mecía las olas, por ejemplo. Llevo tantas horas diciéndome a mi misma que esto es un laberinto que tan siquiera puedo construir pasadizos. Supongo que se necesita más valor para hacer feliz a alguien que para dejar que se vaya. La frágil diferencia entre quererse y dejar que te quieran.
Mira, no sé, cosas. Que a mi tampoco me importa lo que estoy diciendo.
Al fin y al cabo la poesía siempre miente más dulce.











Sólo tenemos ojos para lo que nos ciega. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi foto
My madness keeps me sane.