Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


domingo, 20 de marzo de 2016

Nos hacemos grandes partiéndonos poco a poco.

Mi vida, sin embargo, siempre estaba encendida cuando estabas tú. Siempre, a todas horas, sin pausa alguna. Como un pequeño fuego invisible e incandescente en el cielo que alumbraba todo a su alrededor. Así, día tras día, mientras estabas aquí.

Imaginaos irse a la cama a las dos de la mañana y que tu vida siguiera totalmente encendida. Llena de luz por todos lados, ardiente, candente, crepitante...  Cerrar los ojos y sentir calor. Una maravilla, ¿no?

A lo largo de todo este tiempo he aprendido que lo único que tienes -desgraciada y afortunadamente a la vez- es a ti mismo.
Y entonces todas las luces se apagan. De repente, sin previo aviso, sin notas en la nevera ni cartas en el buzón.
De repente se va. 
Y bah; ¿Ahora qué?
Parece que todos esos monstruos que nos atemorizaban crecieron y ya no están.
y eso es bueno, ¿no?
la pérdida como sentimiento lacerante pero enriquecedor a la misma vez.
En serio, una movida.

Imaginaos que la vida cambia y de repente aprendéis. 
Lento, armónico pero hiriente.
Ni siquiera podría explicar la velocidad con la que me han atropellado estos meses. Una mezcla rara entre madurar, llorar y aprender.
No sé.
en general
Qué poco importamos.
Y qué bien sienta.
Déjame preguntar;
Venía a evadir la realidad contigo, ¿me abres?


''Lo más difícil de narrar siempre es el presente. Su espontaneidad no admite proyecciones, fantasías, desenfoques. No sé si son ciertas mis manos bajo la lluvia, o tus ojos, aquí. Llorabas. Llovía. Quién deja a quién si todos andamos diferidos de nosotros mismos, dejando atrás lo que no entendemos. Asusta pensar hasta que punto somos prescindibles. Sé que no podré olvidar cuanto vi en tus ojos; dulzura, desarraigo, esperanza. Puede que fuera yo quien lloraba, 
puede que fuera en mí donde llovía. ''






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi foto
My madness keeps me sane.