Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


jueves, 24 de marzo de 2022

No eres lo que logras, eres lo que superas.


Hace 7 años me fui a recorrer Praga. 

Un día como hoy, un final tardío de Marzo en el que el sol decidió no levantarse. Unas nubes cubriendo el cielo, unas gotas de vida refrescando el aire.

Después nos fuimos a ver Viena y Budapest, y recuerdo aquel tiempo como una delicada brisa que me acariciaba la piel.

Andábamos las ciudades, bebíamos cerveza en la noche, nos enamorábamos de la vida y del universo día tras día y apenas dudábamos del futuro, creyendo y atándonos a la inexpugnable creencia de que conseguiríamos todo lo que quisiéramos cual si magia fuera.

Dicen que las flores siempre vuelven a florecer, que consiguen nacer entre la tierra, entre los escombros, derribando la propia oscuridad. Que la primavera arrasa con todo; con ese invierno frío y lúgubre, con ese aire gélido que te cala los huesos cada madrugada, con ese llover ahí afuera pero sentir que está diluviando en tu pecho.

Y creo que todo lo que va sucediendo tiene en su propio acontecer un sentido. Una lógica, un trasfondo. Aunque nosotros no sepamos muy bien cual es y lloremos por todo aquello que quisimos o creímos.

Creer, que es como tratar de poseer el destino. 

Querer, que es como tratar de aferrarse a algo que jamás nos ha pertenecido.

A veces hay que abrirse los caminos uno mismo, aunque sólo haya zarzas.  

No me gusta hablar de algunas etapas de mi vida porque se me remueve el dolor. Pero recuerdo que hace 7 años era inmensamente feliz. Viajando, viviendo, creciendo, recorriendo a pasos gigantes mi propia existencia.

Quizá también lo sea los próximos siete.

El promotor más potente de mi vida siempre ha sido mi desfase mental, que anda a trescientos por hora y -sin razón determinada- aún no encuentro manera alguna de callar.

Siempre ideando cosas, planeando futuros alternativos, dejándome soñar en el universo.

Creo que al final todo se resume en tratar de ser eternos.


Como dato: cuando no sé muy bien lo que siento, escribo.

Y la verdad -honestamente- se me da fatal.













No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi foto
My madness keeps me sane.