Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


miércoles, 25 de mayo de 2016

Nothing else.


''Aunque la verdad es que he echado cuentas y puedo afirmar que, mucho antes de conocerte, yo ya te quería.

Y sí, ya sé que no soy el primero que dice esto, que es posible encontrar conjeturas similares en las dedicatorias de las novelas de bolsillo, en las carpetas de los escolares, en los estribillos a medio tiempo de cualquier cantautor coñazo.

Aunque yo no soy cualquier pintamonas: tengo pruebas científicas, concluyentes e irrefutables.

Porque si observas muy, muy atentamente las principales obras maestras del Barroco, coincidirás conmigo en que, allá por el 1683, yo ya te amaba con toda la magnitud de los claroscuros y las poses afectadas de los santos.

Año más, año menos: tampoco soy un experto.

Pero es que también es evidente que, en la Edad Media, yo te deseaba ya con la sumisión del caballero para con su dueña; y que, en la época de las mastabas y la movida cuneiforme, también te adoraba como a una diosa fértil; y que incluso en el Paleolítico, cuando no había hipotecas multidivisa y la cosa se apañaba con unos cuantos árboles tan antiguos como la Tierra, yo ya quería llevarte al huerto.
Y eso que aún no había ni huertos.

Imagínate.

Y en fin: ahora estoy haciendo un doctorado acelerado en Astronomía porque sospecho que, allá por el Big Bang, yo también bebía ya los vientos por ti.

De hecho, también intuyo que la partícula extremadamente densa y explosiva, que fue el origen de todo, no fue una partícula cualquiera: éramos nosotros.
Folleteando, besándonos, arañándonos, ardiendo a eones de distancia.

Pero claro: no nos conocíamos, porque aún no había nada por conocer.

El caso es que tengo todos los datos, todas las intuiciones. Tan sólo me falta completar unos esquemas y resolver unas ecuaciones de nada. Pero quería escribirte esto porque me moría por adelantarte los resultados de mi investigación.

Lo único que me jode es no poder conocer de igual forma el futuro; eso sólo lo pueden hacer los dioses.
Y yo tan sólo soy un loco.
Porque te confesaré algo: con todo, a veces me pregunto si seremos capaces de querernos mañana.
Y no obtengo ninguna respuesta empíricamente válida.
En realidad, no encuentro respuesta alguna.
Y eso me mata.''



-Lo que yo quería deciros.
Jose M. Campos-








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My madness keeps me sane.