Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


sábado, 5 de febrero de 2011

Ella ronda las esquinas

Sé que no pudiste abrazarlo pero estoy segura de que puedes verlo desde el cielo. Yo no entendía porqué no estabas en la mesa cuando comíamos en Navidad o porqué un mal día mis padres llegaron a casa vestidos de negro y nunca más te vi. No lo entendía porque tenía 6 años. Y 6 años son demasiado poco para entender el mundo cuando aún siquiera puedes ver lo que hay más allá de una pared más alta que tú. Sólo recuerdo verte allí, en el patio apoyado en esa almohada. Esa imagen y nada más. Un destello y niebla difusa que emborrona mis pensamientos. Pese a eso, ahora con mis 17 años soy consciente de que ya no estás. Y supongo que ya me acostumbré pero a veces realmente necesitaría que estuvieras aquí. Verte y abrazarte una última vez. Porque te odio. Te odio porque ni siquiera fuiste capaz de quedarte hasta que yo pudiera decirte lo mucho que te quería. Te odio por hacerme ver a una persona importante sin apenas sonreír. Te odio porque no estás aquí. Y tu injustificada ausencia ronda la cabeza de todos, aún sabiendo que nadie menciona tu nombre para guardar esos recuerdos. Sí. Así de frágil eras y así de frágiles somos todos. Incluso el tiempo y los complicados entramados de la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi foto
My madness keeps me sane.