Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


miércoles, 2 de noviembre de 2011

Trance

Hay personas que se vuelven terriblemente feas en cuanto 
abren la boca. Y otras personas como tú, que te cautivan.
 Cuanto más las conoces, más guapas se vuelven. 
Eso es lo que pienso de ti.
A menudo la gente hiere. A veces la gente se deja herir. A menudo la gente prefiere no pensar. A veces la gente entreteje demasiado las cosas complicadas. A menudo la gente engaña. A veces es engañada. A menudo la gente sufre. A menudo la gente calla. Hay momentos en los que te das cuenta de que aquellas noches sólo las entenderás tú. Hubiera preferido observar cada una de tus miradas mientras rasgaban el cielo a la par que yo me pudría en los brazos de aquella detestable sensación. Es bueno escarmentar. Te ayuda a aprender. Te reconforta. Te desgarra por dentro pero respiras. Y es un alivio respirar. El silencio corroe lo más profundo de tu ser y hace que te percibas de una manera distinta. Pero esa es una de las maneras más despreciables que se puedan esconder. No queda más que decir que gracias. A menudo la gente se destroza. A veces la gente se deja abrazar. A menudo la gente seca las lagrimas de la otra persona. A veces se rajan los muros y se decoran de papel las grietas que se provocan. Digamos que no fue mi mejor caída, digamos que fue tu última decepción.
No es malo tener miedo, lo malo es dejar que el miedo 
domine tu vida, porque entonces no tendrás vida, 
sólo miedo.

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My madness keeps me sane.