Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


martes, 3 de diciembre de 2013

Somos un trozo de vida.

Aprendí que las cosas más bellas del mundo no se pueden oler, ni tocar, ni tan siquiera apresar. Hay cosas que sólo se deben sentir con el corazón. Y mi corazón a veces enfurecido me pide estar contigo. De algún modo, el repetir las viejas historias una y otra vez parece que nos acerca algo más a lo que creemos que fueron. Creo que la gente que no piensa demasiado tiende a envejecer demasiado rápido. Y así estoy rodeada de gente, pero sin ti. No te despidas. Oscilabas entre el llanto y la risa. Bajo la fina capa de una desmesurada alegría de vivir arrastrabas siempre una pena. Yo también. Éramos iguales. Ése último momento fue de las dos. Añoro tu falta siempre que me río, sé que deberías estar aquí riendo conmigo y muriendo de amor con las luces de navidad que tanto te gustan. Ya mismo estarán encendidas, verás. Creo que te mereces algún tipo de disculpa. No quise llorar, pero nadie me ha enseñado a contener las lagrimas. Al menos no con sutileza. Somos raras, un trozo de amor, ya lo sabes. Hoy que no estás sé que eres mi pequeño hogar. Y en los hogares siempre se guardan miles de recuerdos. Espero que estés aprendiendo mucho y queriéndote como debes. A mi me tratan muy bien, no te preocupes. Tú sabes quién me cuida. Quiero que sepas que te estoy haciendo caso y no como tanto chocolate como antes, que me busco en detalles que me hacen feliz, que escribo mucho porque me gusta hacerme sentir, que trato de superar todo lo malo que vino. Y ya casi se va, sólo hay que intentarlo con fuerza. Todos tenemos miedo. Y a veces me asusta olvidar. Es por culpa de mi niñez, ya sabes, nunca me han gustado las despedidas.

Querida Sarah;

Te echo mucho de menos. A veces me acuerdo de nuestras largas charlas en tu balancín y de esos momentos de risas estúpidas por las calles. Me alegra mucho que estés bien y seas feliz. De verdad, estoy muy orgullosa de ti. Cada día me despierto con unas ganas tremendas de verte sonreír y de darte un abrazo enorme. Me apetece mucho una tarde de esas de compras nuestras, enamorándonos de cosas caras y después tomando café. Me acuerdo de ese diario de mash en el que dibujábamos comics y luego nos inventábamos historias idiotas para después reír a carcajadas. Echo mucho de menos tu risa. Espero que estés aprendiendo mucho y espero poder reunir algo de dinero para ir allí a achucharte fuerte. Echo de menos tus consejos. A veces no sé qué hacer y sé que sólo te necesito aquí para acogerme un rato; porque has sido y siempre serás mi pequeña casa. Y aunque mi casa esté lejos ahora, sigo sintiéndome agusto con tus palabras. Me acuerdo que siempre huías en Nochevieja pero eras la primera en felicitarme cada año. Fue muy triste cumplir mis veinte sin poder abrazarte. Sé feliz y quiérete mucho. Con amor. 












Y ahora mismo están durmiendo en su cajón:
cada beso, cada flor, cada canción.





1 comentario:

  1. You are so sweet. You have and always will play a part in my life. I'm glad you are happy and that you are being looked after by someone so caring. I thank him for that. I know I will see you again. And when we are together it will be just the same as always. Fun! Xoxoxox

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My madness keeps me sane.