Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


domingo, 29 de diciembre de 2013

Yo sólo busco que nadie lo entienda.

Hoy paseando por la calle me he dado cuenta de que se nos acaba el tiempo. El 28 de diciembre hace 365 días sentía que también se me acababa la esperanza. Era otra persona, menos lúcida. La vida cambia y eso no es un misterio para nadie, aunque sí que se empezó a convertir en un enigma para mi. Desde hace un año he aprendido a pensar mejor, aunque sigo equivocándome en lo mismo. He aprendido a cerrar la boca y a creer en cosas imposibles. Creo que puedo mirar al cielo y respirar tranquila si pienso en qué me estoy convirtiendo, aunque haya cambiado mucho. He aprendido que a veces las personas aparecen sin razón alguna y te desordenan la vida; que provocan desesperación y desenfreno, que a veces abrir los ojos y poder besar la boca de alguien es lo único que te puede dar vida. Aún me acuerdo de ese mes horroroso que me tiré casi tirada en la cama, revivo el dolor, la angustia, la frustración. No sé ni cuantas lagrimas derramé. Quizá podría construir un castillo de nubes, y ay, con lo que a mi me gusta la lluvia. Aún recuerdo aquella noche de desengaño y tantas mañanas de resaca emocional.
¿Quién me iba a decir a mi? En serio, un duende podría haber venido en ciertos momentos y susurrarme al oído: 'tranquila, ya verás dentro de unos meses...' Un minuto de silencio por todas las cosas que quise decir y no dije, y por todo aquello que me guardé para mi. Ya sabéis, 365 días dan para mucho más. Y una vez que tocas fondo no queda más opción que empezar a subir. Pero que asustada estaba. Y de repente tú. Amor es que te acaricie las cicatrices, aunque tú te empeñes en taparlas. Algo así como 'me gustas más cuando sonríes' Porque en medio de tantos errores, mi acierto fuiste tú. Y doy gracias a quienquiera que te quitara el mechero de los bolsillos antes de salir de tu casa. Dame fuego. Y algo así como 'si me lo pides con esos ojos yo te doy lo que tú quieras'. 
El 28 de diciembre hace 365 días podía estar en este mismo sofá tirada llorando por alguien que no merece la pena. Y es simplemente porque si alguien merece la pena no te hará llorar. Creo que he aprendido a ser un poco más egoísta pero por contra me he vuelto mucho más dependiente. No os imagináis la faena, con lo fácil que es olvidarse del mundo. Creo que si me miro al espejo no veré a la persona que realmente quiero observar, pero sí que estoy segura de que lo conseguiré dentro de un par de meses (esos meses milagrosos que lo cambian todo). Mira que a mi el número 6 no me ha gustado nunca y parece que Junio me quiere como amiga o algo. Pero que maravilla joder, aniversarios en verano. Ya sé que el amor no da garantías, que a veces las cosas se salen de control. Yo por eso amor te ofrezco mis dudas, mis sueños lucidos, mis premoniciones. Mis sonrisas de la nada y mis llantos sin razón. No hago promesas, tal vez advertencias… Y te advierto que soy fiel creyente del tú y del yo. De un nosotros. Que me quedan pocos puntos débiles, son la lluvia y alguna nota de piano.
Hoy paseando por la calle me he dado cuenta de que también los silencios atan. Que en la vida todo se acumula, todo influye. Todo contribuye. Digamos que el aguacero de hoy puede ser el terremoto de mañana.









1 comentario:

  1. Como no me pongas más opciones que: sin sentido, agradable o pésimo, te voy a llenar la vida de sin sentidos ;)

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My madness keeps me sane.