Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


lunes, 15 de junio de 2015

21 cosas que he aprendido antes de cumplir los 22 - Parte I





I
La vida no tiene un sentido exacto. No todo tiene porqué tener respuesta. Ni siquiera ese problema que te come la cabeza cuando te vas a la cama y cierras los ojos. Ni siquiera esa persona que un día se fue, ni siquiera esa prueba, ese amigo, esa pregunta... A veces la mejor solución es que no haya solución. Existen cosas que no tienen explicación porque no las necesitan.


II
Lo más importante es tener un gran corazón para el mundo y nunca jamás olvidarnos de como se usa. Amar, amar por encima de todo y todos, amar dejándonos el alma y querer aunque no nos quieran. La salida a todo es el amor puro y duro, como si fuese una droga. Amar a todo aquel que te toque el alma, aunque no esté, aunque se haya ido, aunque fuese lo más importante que tuviste nunca. Amar por encima de todas las cosas.


III
Siempre seré una cría malcriada y consentida. Por mi padre, por mi abuela, por mi pareja, por todo aquel que me besó algún día. Y no pretendo cambiar, porque la esencia de cada uno hay que hacerla perdurar en el tiempo. Hay que aceptarse uno mismo, contra viento y marea, contra gente, opiniones y defectos. Nunca nadie nos va a fallar tanto como nosotros mismos, por eso es obligado aprender a perdonarnos.


IV
Nadie escoge de quién enamorarse. El corazón es así. Vive, siente, entiende, disfruta, ríe.
No te culpes nunca. Deja las cosas fluir. Acaricia a esa persona que te está otorgando su tiempo. Escríbele, déjale entrar en ti. Ama, ama sobre todas las cosas. (volver al punto 2)


V
Construye cosas que contar. Una canción, una motivación, una historia, un sueño. Haz que tu camino empiece a tener sentido. Construye relaciones, rómpelas, crea nuevos amigos, viaja con los antiguos, quiere a todo aquel que te brinda la oportunidad de construir. Construye lo que desees, pero nunca dejes de construir tu vida.


VI
Viaja. Ábrete al mundo, empápate de otra gente, de otras culturas, de otros mundos. No dejes nunca de crecer como persona. Visita nuevos sitios, hazte fotos en todos lados, amplia horizontes, enseña lo que sabes y descubre todo lo que esté en tu mano. Nunca dejes de descubrir.


VII
Aprende de la vida. Hay que seguir aprendiendo cosas nuevas constantemente, aprender de todo lo que nos rodea. Aprender de las personas, de los momentos, de la gente que nos falla, del desamor, del amor y su éxtasis, aprender a querer, a querernos, a decir no cuando es necesario, aprender que estamos en este mundo para ser felices.


VIII
No hay que ser perfecto. Nadie nos ha pedido que seamos ese todo-terreno imparable que puede con todo, y si alguien nos lo hubiese pedido, hay que plantarle en la cara un sonoro no. Si no es ese el cometido de nuestra vida no hay que brillar ni relucir ni ser espectaculares. Todo el mundo comete errores, todo el mundo cae y se levanta una y otra vez. Espero que quede claro; no puedes ser perfecto, pero ser bueno ¿qué te cuesta?


IX
El mundo va demasiado rápido, hay que tomarse un respiro de vez en cuando. No hay que pretender ser emprendedor ni resolutivo los 7 días de la semana. Hay que dejarse mimar. Hay que recargar pilas dando un paseo o tirados en el sofá. Hay que recordar lo beneficioso del break time.


X
Llora. Por lo que más quieras en el mundo, ahógate en lagrimas. No entiendo ese concepto erróneo occidental de llanto como debilidad. Llora por aquello que querías y se fue, llora por ese examen que te catapultó a septiembre, llora por no conseguir ese bolso, ese tren o esa puntuación. Llora porque se murió tu perro, porque tu amigo no quiere saber nada de ti o porque esa persona te acaba de dar el último beso de su vida. Pero por favor, llora. Llora con todas tus fuerzas. Son lagrimas, no ácido sulfúrico. Déjalas correr.


XI
No hay que dejarse dominar por el dolor. Se nos agota el presente mientras nos enzarzamos en nuestra trifulca personal para sobreponerse al dolor. Hay que recordar lo vivido con esa añoranza especial, pero nunca hay que dejarse influenciar por todo lo que nos ha tocado el corazón. Hay que saber reponerse del dolor. Los recuerdos son el antidepresivo natural más potente del mercado, y como tales, apagan el dolor. Hay que vivir aunque duela. Y háganme caso, el dolor sólo está presente cuando lo instamos a permanecer aquí.








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My madness keeps me sane.