Salvarle a alguien la vida para destrozársela tú.


miércoles, 13 de julio de 2011

De personas a personas

Parece increíble todo lo que te puede llegar a importar alguien ¿eh? Alguien que no tiene tu sangre ni tus ojos, alguien que llegó un día y decidió instalarse allí con el único objetivo de confundirte. Alguien que ni siquiera te agarra cuando te vas o te mira cuando tú, tras cientos de pensamientos, decides concederle la oportunidad de sonreír. Parece increíble todo lo que podemos inventar y todo lo que llegamos a sentir. El ser humano es extraordinario, se dice. ¿Y qué hacer? A quién lea esto sólo puedo ofrecerle mi abrazo y alguna taza de descafeinado, hay pocas cosas que yo pueda dar; una sonrisa, una mirada y posiblemente algún quebradero de cabeza. Una cosa rara, que quizá sólo puedas observar tú. Parece increíble como atisbamos las ráfagas de soledad en los ojos de los demás y tan siquiera podemos percibir las nuestras. Hoy sobran los tequieros, sobran los silencios, sobran los rincones, sobran las llamadas e incluso sobran todos los besos. Hoy tan siquiera querría que vinieras y me abrazaras. No lo harías si supieras cuantas cosas cruzan mi mente a diario. Lo siento, no pienso sólo en ti. Hoy sobran los recuerdos, sobran las mariposas, sobra ese sentimiento y sobre todo, sin lugar a duda, esa sensación de sentirte como una basura.
Es duro eso de sentir que debes decidir y que hagas lo que hagas, de cualquier forma vas a acabar hiriendo a alguien tanto o muchísimo más que a ti misma

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My madness keeps me sane.