Observarme, observarte, observarnos.
Allí cogidos de la mano, cae ese manto fino y puro de despedida que el sol regala al mundo. Como un ''hasta mañana pequeños míos, volveré para alumbrar el amanecer''. Allí bajo ese manto de dulzura y destierro estamos tú y yo, sumisos ante nosotros mismos, ante las pasiones y los errores que se cometieron pero se dejaron atrás. Nunca imaginé cuan grande puede ser el corazón de alguien, su pureza, su bondad, su honestidad y por encima de todo su cariño. Jamás pude pensar en sentirme como me siento y de repente... aquí estás tú. Ese tú que me abraza por detrás y calma mis anhelos. Y cogidos de la mano percibimos como las bombillas se encienden mientras únicamente podemos dar rienda suelta a ese control que tú tanto odias. Aún brillaba el sol cuando llegamos y ahora que nos vamos nos dice adiós. Algo terriblemente hermoso, aún sin poder compararse contigo. Yo siempre quise ser un contigo, pero sin mi.Porque a ti te encanta,
y a mi me encanta,
y a todos nos encanta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario